VÍCTOR M. ROBLEDO
Domingo, 21 de agosto 2016, 01:44
El piragüista parragués Javier Hernanz finalizó ayer en el quinto lugar con el equipo de K-4 en la final de 1.000 metros. El asturiano, que acudía a Río con el objetivo de sumar, al menos, medalla, lamentó el error de planificación cometido.
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Su cara lo dice todo, pero, ¿cómo se siente en estos momentos?
Estoy de mala leche. Nos plantamos con el trabajo bien hecho, sin ningún problema de preparación, y cometimos el error de calcular mal la estrategia.
Venían con la expectativa de llevarse el oro, ¿qué ha pasado?
Sabemos que en las regatas de viento en contra se alargan unos diez o quince segundos más de lo normal y hay que salir más tranquilo. Cuando llegamos aquí por la mañana había un vendaval en contra y a medida que fueron pasando las horas fue desapareciendo el viento. Hicimos una regata conservadora, intentando reservar fuerzas para el final, y ahí es donde nos dimos cuenta. Los demás arriesgaron más. Al final aguantaron y llegaron. Ayer en la semifinal salimos muy tranquilos, incluso podríamos haber ganado a Eslovaquia si hubiéramos querido. Hoy Eslovaquia se la jugó y quedaron subcampeones olímpicos. Es un error de planificación y da mucha rabia.
¿No se podría haber cambiado esa estrategia antes de la salida?
Somos cuatro en la embarcación y la estrategia debe ser muy uniforme. La preparación es milimétrica: en el momento en que uno no hace la fuerza que debe, el K-4 se rompe. No puede haber dudas en ninguno. Antes de salir hablamos de arrancar con un ritmo medio tranquilo y apretar todo en el último doscientos. También es cierto que el año pasado en el Mundial fuimos en posición de medalla hasta ese último doscientos y nos acabaron pasando tres embarcaciones. Hay que saber buscar el balance, saber leer la carrera.
Quizás con el paso de las horas valoren este diploma olímpico y se les quite el mal sabor de boca.
En mi caso no se me va a quitar. Todo lo que nos rodea son medallas, son oros... Gente que lleva toda la vida entrenando con nosotros, que son igual que nosotros. Es una decepción muy grande. El objetivo era el oro.
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¿Tiene la impresión de que estos eran sus Juegos Olímpicos?
Nunca sabes cuándo son tus Juegos. Yo tenía que haber estado en Pekín en 2008 con la mejor marca del año y me dejaron en casa, en Londres con la segunda mejor marca del año también me dejaron en casa. Ahora tengo 33 años y en las semifinales las expectativas eran de ganar. No sé si estos eran los míos, si ya fueron o si serán los siguientes, no lo sé.
Ahora tocará replantear el futuro de la embarcación.
Este barco tiene futuro. El problema que tenemos en España está en su propio nivel. El piragüismo en España está en lo más alto. Hay gente con veinte años que peleará por llegar aquí con el K-4. A nosotros nos ha costado muchísimo. No es como en otros países que tienen cinco palistas y tienen tranquilidad durante todo el ciclo olímpico. En España tenemos a veinticinco palistas con nivel para estar en unos Juegos. En el momento en el que te despistas te quedas fuera.
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¿Ha sido la de Río su última participación olímpica?
Me cuesta pensar en dejar de hacer lo que me gusta. Disfruto entrenando cada día. Yo sé que mi futuro estará vinculado al Derecho, que es lo que estudié, pero soy feliz echando horas en el pantano. Si la forma física, la técnica y la cabeza me acompañan, seguiré disfrutando de lo que me gusta.
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