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I. ÁLVAREZ
Jueves, 2 de junio 2016, 00:29
«Barcelona apostó muy fuerte en los últimos años y lo hizo más moderno. Lo organizó bien y tiene mucho peso dentro de la FEI (Federación Ecuestre Internacional)», explica el avilesino Gerardo Menéndez, uno de los jinetes más destacados del panorama nacional, en referencia a la elección de la Ciudad Condal para albergar el Concurso de Saltos Internacional Oficial en España. La damnificada en esa batalla por ejercer como sede española dentro del circuito internacional fue Gijón, que perderá ese carácter oficial en 2017.
«Es una faena, llevaba muchos años y es una pena tanto para la hípica en general como para nuestra región», indica Menéndez, que confía en que la decisión solo afecte a 2017 y «España vuelva a tener dos concursos oficiales con el regreso de Gijón». «De lo contrario, tendría que reducirse el número de días y aumentar los premios. Es un concurso buenísimo, pero lo que escuchas al resto de jinetes es que en otros se hace en tres o cuatro días y aquí, con seis, se hace largo», confiesa.
A pesar de que no oculta el revés de no poder competir en su tierra en la prueba de la Copa de Naciones, muestra su optimismo en que el nivel de la competición no se resienta. Un deseo que Sergio Álvarez Moya tiene claro que se cumplirá. «El concurso va a seguir siendo igual de bueno. Va a ser mejor porque la organización va a poder elegir a los jinetes y solamente se pierde la prueba que menos interés generaba», zanja el jinete más destacado del equipo español, capitaneado por un Marco Fusté que también comparte su postura respecto al horizonte que se abre en el concurso gijonés.
«Es un concurso de cinco estrellas y hay suficientes alicientes. Gijón seguirá estando en la élite y creo que va a ser un concurso atractivo. No tiene la prueba de Copa de Naciones, pero va a haber buenos jinetes saltando en Las Mestas», augura Fusté con una reflexión que comparte Avelino Rodríguez Miravalles, jefe de pista en la competición gijonesa: «El nivel no depende de si es oficial, depende de muchos factores y no necesariamente tiene que perderse el nivel competitivo el año que viene».
«Era una cosa que ya se sabía que podía suceder y parecía bastante probable que, cuando Barcelona perdiera el carácter de final, la FEI se decantase por ella como sede», indica Rodríguez Miravalles, que aboga por planificar el concurso en futuras ediciones «desde el enfoque del CSI y trabajar para potenciarlo». Ese cambio en la estructuración que se verá obligado a acometer en 2017 Gijón ya lo anticipó la empresa Oxer, que en 2011 presentó un informe de 52 páginas, a petición del Ayuntamiento, en el que recomendaba un nuevo formato en el que desapareciera el carácter oficial.
«Es una buena oportunidad para modernizar el concurso. La gran ventaja que van a tener es la posibilidad de hacer un programa a su gusto. No la veo tan mala noticia», valora Álvaro Arrieta, una de las piezas claves en el engranaje de Oxer, que apoya sus argumentos en el hecho de que el certamen en Gijón esté envuelto en la Promotional League, la segunda categoría mundial. «Si estás en Primera, te vienen los mejores jinetes y caballos, pero para estar en Segunda te resta independencia. Por instalaciones, por público... Gijón siempre fue un CSIO de Primera. Estaba infravalorado a nivel internacional», sostiene Arrieta, que no cree que este cambio de estatus suponga una merma competitiva: «No creo que vaya a suponer una rebaja de nivel, tiene que tener un buen programa y buscar una fecha buena».
El calendario es otro de los factores que interpreta como clave para que en Las Mestas se mantenga la buena salud en clave hípica el jinete Miguel Álvarez-Buylla. «Al final dependerá de las fechas. Los años que haya Juegos Olímpicos o Europeo, a Gijón le hace daño. Como sigue siendo un cinco estrellas, en principio primará la agenda», arguye el ovetense, quien, no obstante, reconoce que es «una pena perder esa opción para Gijón, no sé si habrá manera de recuperarla en un futuro».
Comparte ese sabor amargo Julio Arias, que muestra su confianza porque el nivel en el concurso se mantenga y no efectuaría cambios en su longitud como deslizan algunos jinetes foráneos. «Para poder modernizarlo sacrificarías uno de los encantos que le acompañan y habría menos oportunidades para los apostantes», explica el poleso. Sí propondría cambios, en forma de aumento de premios, Carlos López Fanjul, que se muestra escéptico respecto al futuro y señala que el concurso de Barcelona «gusta mucho a los extranjeros por su formato».
Descontento en las yeguadas
«Era un tema que veíamos venir porque, en este caso, la región en general y Gijón en particular no apuesta por este deporte. No éramos conscientes de lo que significaba tener un CSIO aquí y no se le da el suficiente valor a ello. Lo raro es que haya estado tantos años», expone Jesús Kocina, presidente del CHAS y con presencia en la yeguada Porceyo, que califica la noticia de «nefasta» para el mundo de la hípica.
«Asturias, que es una región privilegiada para el caballo, ve cómo la hípica está desapareciendo», señala pesimista. Arturo Zaragoza, de la yeguada Fombona. «Es el principio del fin». concluye.
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