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Javier Bragado
Viernes, 8 de abril 2016, 09:46
La selección española de balonmano masculino sólo ha fallado una vez en su intento de acudir a unos Juegos Olímpicos (Montreal 1976). En las siguientes ediciones siempre acabó entre las nueve primeras posiciones, se colgó tres medallas y fue respetada y temida por sus rivales. Para acudir al próximo, el equipo dirigido por Manolo Cadenas necesita acabar entre los dos primeros del torneo preolímpico que se disputará en Malmö contra Eslovenia (viernes, 17:00 h), Irán (sábado, 16:15 h) y Suecia (domingo, 16:30 h). A pesar de la tradición y del reciente subcampeonato de Europa, los Hispanos deberán esforzarse para alcanzar esa segunda plaza. «Opciones de entrar hay todas. Las de fallar son muy pequeñas pero es deporte y cualquier día malo y con tres equipos potentes como España, Suecia y Eslovenia... de esos equipos pasan dos. El partido clave a va a ser Eslovenia, teniendo en cuenta que Suecia juega en casa. Si las cosas salen bien y como se prevé sobre el papel deberíamos superar a Eslovenia y estar dentro», analiza José Javier Hombrados (Madrid, 7-4-1972), campeón del mundo en 2005.
La ausencia podría ser devastadora para un deporte en horas bajas en un país de gran tradición. «Sí, sí, sí. Es clave estar en los Juegos Olímpicos. Siempre por el escaparate mediático que es, por lo que puede aportar a la federación y al equipo y al balonmano en general en España. Por supuesto que acudir y una medalla sería una posibilidad muy importante para el deporte español», enfatiza AlbertRocas (Palafrugell, 16-6-1982), un habitual de las últimas convocatorias que todavía se recupera de una lesión y conserva el deseo de viajar a Brasil en agosto. «No es solo crucial, es capital que consigamos la clasificación. Mi memoria no me da para recordar la última vez que España faltó a unos Juegos Olímpicos y sería un auténtico desastre no poder estar. No sólo a nivel competitivo, porque los Juegos Olímpicos tienen mucha importancia, sino sobre todo desaparecer del panorama internacional a nivel deportivo. Ese preolímpico es la llave y no nos podemos permitir el lujo de fallar», completa Hombrados, guardameta perenne en los éxitos españoles.
Amenaza al futuro
Más allá de cuestión del parqué, el problema se enfoca en el presente y el futuro del deporte de los siete metros. «La salud deportiva creo que es buena. El deporte español está consiguiendo éxitos. En este último Europeo hemos sido subcampeones y el Barça ganó la Champions del año pasado. La salud del balonmano a nivel deportivo y de éxitos está siendo buena. Pero no acompaña por la falta de estructura y de medios», señala Rocas, dos veces campeón del mundo, antes de una conferencia en la I Edición de las Jornadas Nacionales de Olimpismo de la Universidad Camilo José Cela.
«El nivel lógicamente ha menguado bastante, no tanto por la ilusión, las ganas y el coraje de los jugadores de la Asobal, sino por la falta de estrellas porque ahora mismo hay contratos de mucho más nivel fuera que en España. Esas grandes estrellas en el momento que tienen una mejor oferta a nivel económico hacen las maletas y se van», apunta Hombrados sobre una realidad que ha mudado a entrenadores como Valero Rivera a Catar y a un puñado de jugadores a emigrar -nueve convocados y el propio seleccionador ejemplifican la situación-. «En este sentido en nivel de la liga ha bajado enteros y en presencia, pero son pasos de transición que hay que intentar mejorar y los clubes reforzarse económicamente para que vuelvan a ese estado previo», incide Hombrados sobre una liga que pocos años antes dominaba Europa con varios equipos y que en los últimos tiempos ha visto desaparecer proyectos gigantescos como el Ciudad Real o más modestos como el Portland San Antonio y el BM Valladolid.
El dinero se ha marchado y los daños colaterales acechan al nivel deportivo a todos los clubes que no son el Barcelona protegido por el paraguas de la entidad culé. «Lógicamente todo lo que supone una desinversión en clubes y en producto deportivo es un fallo y un error y un problema. La crisis va a seguir estando un tiempo, vamos a tener dificultades para encontrar esponsorización. Pero hay otro modelo del que los clubes se han dado cuenta. Se está trabajando más con la base, hay más escuelas, algo que ayuda a la financiación de los clubes aunque el nivel global no sea muy grande», indica Hombrados, quien empezó su carrera en 1990 en el Atlético de Madrid.
Sin embargo, ese sistema podría tener una desventaja. «Que no haya tantas estrellas hace que los niños no tengan referentes y eso hace que sea un problema a corto plazo», avisa el todavía guardameta en activo (BM Guadalajara). Entonces llega el momento en que Rocas discrepa desde el extremo derecho: «No, no faltan. Hay muchos jugadores como Cañellas, Aguinagalde, Sterbik o Víctor Tomás, que son referentes de nuestro balonmano ahora mismo y creo que no es el problema principal. Es verdad que en la liga doméstica un equipo que le hiciera sombra al Barcelona nos iría bien a la hora de que sea más competitiva. Los clubes dentro de su modestia y de sus recursos están intentado hacer las cosas de la mejor manera posible y por lo menos hemos erradicado en cierta medida componentes como los que había anteriormente como la falta de pago. Ahora la gente tiene poco dinero, pero no engaña».
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