«Que nos conozcan y miren de una manera especial ayuda»

Ona Carbonell no está para bromas. Sufrió la amargura de no acudir a los Juegos Olímpicos de Pekín porque se quedó fuera de la convocatoria y desde entonces no quiere desaprovechar ninguna oportunidad. Por ese motivo, después de los discretos resultados de la prueba por equipos en los Mundiales de Kazán, la catalana ha retomado su papel de líder en el grupo para asaltar el torneo preolímpico de Brasil (del 2 al 8 de marzo) con la intención de conseguir una de las tres última plazas libres para Río 2016. «Va a ser difícil, pero así es la competición», reconocía estoica antes de viajar a Sudamérica, aunque con optimismo: «Hemos hecho dos coreografías muy buenas, hemos mejorado el libre y el técnico es nuevo».

Paula Klamburg, Meritxell Mas, Sara Levy, Cecilia Jiménez, Cristina Salvador, Clara Basiana, Paula Ramírez y Alba Cabello han trabajado junto a la capitana con la intención de evitar cualquier sorpresa. Clara Camacho, otra de las veteranas, lo intentaría pero frenó por una lesión de menisco en un proceso sin pausas. «Hemos tenido muy poco tiempo para prepararlo, pero es lo que hay y hay que ir a por todas», solventa Carbonell, el mascarón de proa, sobre una preparación que ha elevado el listón de manera obligada cinco meses antes de los Juegos Olímpicos. «Estamos buscando dificultad de exigencia física, coreografía y emocionar, que con el equipo siempre es más difícil», reconoce la deportista sobre la clasificación grupal a una de las dos únicas pruebas olímpicas. Sólo hay tres plazas disponibles.

El dúo

Sin embargo, el punto que más atrae a los aficionados de la natación sincronizada será el debut en una gran cita de la pareja formada por Gemma Mengual y Ona Carbonell. Sólo ocho meses de ensayos con la leyenda han bastado para ilusionarse después de una única competición menor en Francia. Entonces acudieron ojeadores de diferentes países para observar su evolución, después continuaron con su investigaciones en un breve acto de presentación con Asisa, patrocinador de la selección, y en Río captarán cada pequeño detalle. ¿Se han percatado de que son espiadas? «Sí. Esto es bueno. Si hay mucha gente pendiente significa que creamos expectativas», devuelve con una sonrisa de competidora Carbonell.

Mengual suma experiencia, prestigio y conocimientos. Los motivos flamencos y étnicos, en tonos rojizos, negros, dorados y plateados del bañador del dúo son idea de Carbonell, también diseñadora y la mitad más artística de la pareja. La expectación es consecuencia de la unión de dos grandes figuras de la piscina. «Con Andrea (Fuentes) también teníamos mucho nombre», recuerda sobre su participación en Londres. «Yo después de cuatro años como solista también. Es bueno que las dos (Mengual y Carbonell) hemos hecho historia en la sincronizada internacional y esto de cara al dúo es positivo. Que la gente nos conozca y nos mire de una forma especial ayuda», confiesa sobre un deporte de castas en que el pasado y el currículum suman puntos. Mengual forma parte del cuerpo técnico y aporta dos medallas de oro mundial y dos subcampeonatos olímpicos. ¿Eso descarga responsabilidad a Ona? «Sí, sí, sí», reconoce en su respuesta más espontánea la secundaria con 40 medallas de oro en su carrera y dos podios olímpicos.

A casi 150 días de la competición olímpica la pareja dibujará en la piscina de Río de Janeiro una ronda al son del Concierto de Aranjuez para desprender «pasión gitana». «El flamenco nos encanta, es una música que vivimos muchísimo y es importante sentirla desde cerca y desde dentro, así que esperamos que guste», argumenta Carbonell, quien aprendió a explotar la senda musical apoyada en el hombro de Andrea Fuentes. «Si sientes la música y te llena por dentro siempre es más fácil expresar, intentar llegar a la gente y que la gente disfrute viéndonos», sostiene la catalana.

En el aspecto físico la exigencia de la atleta con más dotes para el arte se mantendrá a pesar de que Mengual sumará 39 cumpleaños en abril. «Hemos apostado por gran dificultad y por una rutina con mucho desgaste y esto es muy difícil», adelanta la siempre rigurosa Carbonell. Los ejercicios con los pulmones exprimidos al límite completarán su carta de presentación, aunque a la capitana le gusta recordar que la perseverancia es otro de sus mejores valores. «Lo más difícil son las apneas largas. Cuando el ácido láctico está en todo el cuerpo cuesta moverse y llegar a la coreografía. Pero esto es cuestión de repetir, repetir y repetir. Y en eso somos unas expertas», aclara. Disponen de margen ya que en la prueba de dúo hay 11 plazas disponibles y las mejores del planeta ya sacaron su pasaporte anteriormente. Pero no hay tiempo para bromas para Carbonell porque el salto a la piscina servirá para algo más que clasificarse para Río, puesto que en estos tiempos la natación sincronizada española se siente observada y presionada.