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Rodas celebra el triunfo de España tras la final ante Francia. LVA
La receta asturiana del oro olímpico

La receta asturiana del oro olímpico

Fútbol. El doctor José Antonio Rodas, responsable médico de España, suma su segunda medalla en unos Juegos tras la plata de Tokio

Alberto Santos

Avilés

Miércoles, 14 de agosto 2024, 02:00

Un doctor avilesino, José Antonio Rodas, parece tener la receta del éxito del fútbol español en unos Juegos Olímpicos. El responsable médico de la selección nacional disfruta ya en Avilés de la medalla de oro con el recuerdo todavía reciente de la plata conseguida hace sólo tres años en Tokio. «¿Si soy talismán? No sé, lo que parece claro es que no soy gafe», bromea en la conversación con este periódico mientras recupera su rutina de paseos por la ría avilesina.

Como miembro de la delegación española es considerado medallista por el Comité Olímpico, si bien aún no puede lucir el oro junto a la plata de Japón en su domicilio. «Nos la entregarán en un acto de la Federación Española a todos los acreditados», explica. Aunque para él la mayor recompensa está en las incontables felicitaciones recibidas en su móvil, y sobre todo la de los futbolistas. «Miranda, uno de los capitanes, tuvo unas palabras muy bonitas al decir que ellos iban vestidos de blanco y nosotros, el cuerpo técnico y los auxiliares de rojo, que si no hubiera sido por nosotros no hubiésemos llegado a la final», recuerda con orgullo.

Rodas lleva trece años como médico de las categorías inferiores de España, desde la sub-17 a la sub-21, además de la olímpica, y en ese período ha participado en la conquista de hasta seis medallas, una de ellas con el actual seleccionador absoluto Luis de la Fuente al conseguir el Europeo sub-21 de Italia. Un bagaje más que suficiente como para saber que «estas medallas se ganan con pequeños detalles. Como médico tenía varios objetivos, uno alcanzar la final con 22 jugadores, 18 y cuatro reservas, y se cumplió. El siguiente era ganar el oro, porque fuimos a eso. En Tokio fue igual, pero no lo conseguimos por un detalle».

Rodas pone también en valor el trabajo de los tres fisioterapeutas y del nutricionista. «Era un trabajo conjunto de 24 horas al día, con trastornos, problemas, pero los fuimos solventando a una velocidad de vértigo», relata. No había tiempo que perder, ya que uno de los mayores obstáculos fue recuperar a los futbolistas a tiempo «después de jugar un partido, al día siguiente, recuperación, luego el pre-partido y ya el partido siguiente. De ahí la importancia de los pequeños detalles, la alimentación, que nos llevamos a un cocinero, el nutricionista, los fisios que se dejaron las huellas en su trabajo, y mi papel de hacer un tratamiento médico de recuperación sin abusar por los controles de dopaje».

El médico avilesino destaca también la importancia de intangibles como «la convivencia, el míster y el equipo técnico crearon una familia y nos integramos totalmente en el grupo. No hubo ni un mal rollo ni una mala cara, todo el mundo sabía su rol y echaba una mano».

Con ese ritmo trepidante resulta difícil creer que se pueda disfrutar de una experiencia olímpica. José Antonio Rodas lo define muy bien en una frase: «Los Juegos Olímpicos son maravillosamente duros». Es la forma que tiene el avilesino de recopilar un trabajo «duro e intenso, que se remonta a la dureza de conseguir clasificarse, ya nos costó mucho en Rumanía. Hay gran cantidad de esfuerzo detrás de todos, técnicos, prensa, utillaje... Hay que vivirlo».

Aún así, España pudo empaparse del espíritu de París 2024 en su estancia inicial en la villa olímpica y Rodas tuvo la oportunidad de comparar estos Juegos con los de Tokio. «Vimos el desajuste que había. Tokio era la perfección y por desgracia comparas. Son totalmente distintos, con un poco más de improvisación en París, con problemillas con la comida, porque con deportistas de élite no se puede acabar y no reponerla. Los que se han quejado no les falta razón. Vivimos cinco días en la villa y sabemos lo que eran las camas de cartón, o esperar para comer colas de 40 minutos, y cuando llegaba tu turno te decían que tenías que pedir otra cosa que se había acabado», explica.

A pesar de esos desajustes, la sensación de ganarle a Francia la final con las gradas llenas de franceses «es espectacular, al igual que lo que pasó con Marruecos en Marsella». Aunque Rodas empezó a ser consciente del logro, que en su caso es de dos medallas en dos olimpiadas consecutivas, «cuando llegaron más de doscientos mensajes para felicitarme». Muchos de ellos de Avilés, «de gente con la que incluso no tenía contacto», pero que reconoce la trayectoria del médico avilesino, con 36 años de bagaje en el fútbol y su participación en la época dorada del Real Avilés Industrial en Segunda División.

A partir de ahora, sin más vacaciones que una semana en Avilés, al médico avilesino le toca volver a su trabajo y a pensar en la próxima cita con la Selección Española, que será ya el próximo mes de septiembre con la sub-21 en la fase de clasificación para el próximo Europeo. Será una doble cita en Hungría y Escocia que podría dejar encaminada una nueva experiencia de Rodas, esta vez en Eslovaquia.

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