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Otra vez cayó Pablo Carreño cuando se asomaba a la cumbre. Tercera gran semifinal que se le escapa al asturiano -perdió dos en el US Open (2017 y 2020)-, derrotado con justicia ante Khachanov (6-3 y 6-3) en un torneo olímpico en ... el que aún peleará por el bronce ante el perdedor del Djokovic-Zverev. Rivales que asustan y ante los que el gijonés deberá mejorar su juego si quiere subir finalmente al podio.
Tronaba el cielo de Tokio cuando salieron los dos jugadores a la pista. No llovía, pero la amenaza era evidente. Eso hacía que el calor no fuera tan asfixiante como en días anteriores, aunque la humedad y el ambiente plomizo dificultaban la respiración. Otro suplicio.
Salió bien Carreño, dominando en los intercambios largos ante el ruso. Apenas tardó tres juegos en esfumarse esa superioridad. Khachanov, magnífico con su servicio y valiente al resto, la mantuvo el resto del encuentro. Así, llevó a poner en aprietos muy pronto a su rival y a llevarse el primer break en el quinto juego (2-3).
Tocaba remar a contracorriente y resultaba imposible viendo el panorama. Tuvieron que pasar veinte minutos de encuentro para que Carreño lograra su primer punto al resto, logrado, además, por una doble falta del ruso. Era total la desesperación del español, incapaz de encontrar una rendija en el servicio de Kachanov. Esas dudas se trasladaron a todo su juego y regalaron el primer set (6-3). Solo había sido capaz Carreño de lograr tres puntos al resto en toda la manga, lastrado también por su falta de puntería.
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Le costaba jugar con primeros servicios y eso allanaba la labor de Khachanov, crecido a medida que iban pasando los juegos. Empezó el segundo de la misma manera, con un Carreño algo más agresivo con el saque, aunque con la misma impotencia cuando el que servía era su rival.
Gesticulaba impotente con cada saque directo (hasta 7 en este segundo set para el ruso), mientras sufría por sacar adelante su servicio. De repente, en el quinto juego, se abrió una luz de esperanza. Había salido el sol en la central del Ariake Tennis Center después de una hora de juego y, casi al mismo tiempo, llegó la primera bola de break para Carreño con 2-2 en el marcador. Pudo restar el asturiano, que tuvo una derecha paralela para haber ganado el punto, que se escapó tras estrellarse la bola en la red. Adiós a la ventaja. Adiós al set. Porque no perdonó después Khachanov, castigando las dudas del español y logrando un break que le ponía la victoria en bandeja.
Solo tuvo que mantener su firmeza en el saque para sellar su pase a la final y asegurar una medalla por la que aún tendrá que pelear Carreño. Un bronce que se esconde tras el perdedor del duelo entre Djokovic y Zverev. Palabras mayores. Un reto mayúsculo con el que el español puede alcanzar al fin un premio de caza mayor en su carrera.
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