Miguel García, emocionado, le dedica la medalla de plata «a mi padre que se lo llevó el Covid»

El preparador asturiano confesó que «pasé unos minutos co un sabor agridulce nada más terminar la competición, porque estuvimos muy cerca de la victoria, pero los alemanes nos quitaron la victoria en los últimos metros». De todas formas, la satisfacción es grande por parte del preparador gozoniego, «porque creo que cumplimos con creces las expectativas con las que veníamos a Tokio» y valora en gran medida que «después de una jornada en la que logramos un séptimo y un quinto puesto en el K-1, nos levantamos y se buscó el triunfo con muchísimas ganas». También «valora» este subcampeonato olímpico después de un año complicado, donde no han faltado los obstáculos.

Lo que está claro es que el trabajo de Miguel García y del informático y estudioso David Calvente ha dado sus resultados en busca de la palada perfecta de laboratorio que se tradujo en un valiosísimo metal en unos Juegos.