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J. A. G.
Sábado, 7 de agosto 2021, 03:44
En Londres 2012, México rompió los pronósticos ante Brasil y se colgó el oro olímpico en fútbol. Aquel éxito multiplicó la exigencia con la 'tricolor', que comparecía en Tokio como una de las grandes rivales de España en la lucha por ... las medallas. Brasil se vengó en semifinales y la dejó fuera de la lucha por el oro. Ayer, ante Japón, México cumplió los pronóstico amarró una medalla de bronce que sabe a gloria.
Bien lo sabe Aníbal González Anca (La Pereda 1989), preparador físico de la Selección desde enero de 2019. «Aceptar el trabajo en México fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida, porque desde ahí se abrieron muchas puertas y gracias a ello ahora puedo disfrutar de unos Juegos Olímpicos», explicó a este periódico este llanisco, orgulloso de lo logrado y del cariño que ha recibido de los jugadores. Ayer, todos se abrazaban sobre el césped para celebrar la consecución del bronce.
«Por encima de cualquier medalla material», afirma, «lo más bonito e importante es la familia que se ha formado dentro y fuera del campo». González Anca asegura que es precisamente esa conexión que existe en el grupo algo que no se olvidará nunca y que permanecerá «toda la vida».
Aníbal González se unió al cuerpo técnico encabezado por Jaime Lozano en enero de 2019, tras cerrar una etapa en el país nipón en el Tokushima Vortis, dirigido por el ovetense Ricardo Rodríguez. «La experiencia fue muy buena, pero la selección es otra dimensión, representas a millones de personas. Soy joven todavía, pero ya conozco bastantes lugares y países. Eso te da muchas tablas. Aprendes mucho tanto en lo profesional como en lo personal», asegura el llanisco, orgulloso de lo que se ha construido en torno a la Selección olímpica.
«Mucha gente detrás, mucho trabajo, mucha unión y, sobre todo, mucho compromiso por llevar a México un éxito», subraya González Anca, consciente de la exigencia que había detrás del equipo. «La afición quería el oro. Ya se consiguió una vez y esta generación es muy buena, teníamos opciones reales de poder ser campeones», apunta.
Aníbal González Anca asegura que México es su país de adopción, al que quiere con locura. Sin embargo, no olvida sus raíces y su condición de llanisco. En su concejo ya fue recibido por las autoridades que le brindaron un reconocimiento por su trayectoria internacional y llevar el nombre de Asturias y Llanes por todo el mundo. «Siempre que puedo vuelvo a casa. En todos los sitios me identifican como el asturiano», señala. Hoy se colgará una valiosa medalla de bronce.
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