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A Pablo Carreño le queda mucha juventud, energía, pasión y, por qué no, desparpajo, que ayudan a afrontar las cosas con más tranquilidad. Es lo que tiene el deporte del tenis. El deporte de la raqueta en dobles en París tiene todos los ojos puestos ... en la pareja que forman Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, que debutaron con victoria en los Juegos, pero la representación española también recáe en la pareja que forma el tenista forjado en el Grupo Covadonga y Marcel Granollers, que ayer también reclamó su protagonismo.
El gijonés no llega en su mejor momento –se aseguraron la plaza olímpica gracias al ránking del catalán–, pero su juego, llegada la hora de la verdad, al igual que su discurso, no presenta grietas. Y ayer la pareja española levantó sus brazos tras dejar en la cuneta a la pareja número 1, la formada por los italianos Bolelli y Vavassori (6-2, 6-7 y 7-10), y ahora se enfrentará a los australianos Ebden y Peers.
No lo tuvieron fácil Carreño y Granollers, pero fueron de menos a más. De mano, se vieron obligados a remontar en el dobles ante la pareja italiana, que se apuntó la primera manga por 6-2. Así, los españoles forzaron el tercer set tras llevarse el desempate de la segunda manga (6-7). Y la impresionante actuación de ambos tuvo su mayor nivel en el super tie-break, en el que se impusieron, pasadas las once de la noche, por 10-7.
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