El luchador gijonés Joel Álvarez: «Hasta que no le ves las orejas al lobo no cambias de mentalidad»

Se acabaron los problemas con el visado y Joel Álvarez peleará el próximo 14 de diciembre en Estados Unidos. Lo hará en la ciudad de Tampa contra Drakkar Klose (15-2-1). Ganar le permitiría hacerse un hueco en el 'top 15' del peso ligero.

«El visado ya está arreglado. Vuelvo a ser persona grata en Estados Unidos», explica el luchador gijonés en una entrevista concedida a ABC, del mismo grupo editorial que EL COMERCIO. «La primera vez que tuvieron que darme el perdón para entrar allí fueron tres semanas y esta vez han sido ocho meses. Cuando pregunté en abril y les dije que la otra vez me había durado tres semanas, me dijo que había tenido suerte. Ahora entiendo por qué lo decía (risas). Tengo un año para entrar en Estados Unidos, hasta noviembre de 2025», confirma Joel Álvarez que intuye que el cambio en la presidencia de Estados Unidos es una buena noticia para la UFC, «porque Donald Trump es muy amigo de Dana White. Creo que nos conviene a los luchadores de UFC».

Respecto a la pelea que tiene por delante, no tiene dudas de que será «una pelea bonita para mí por el estilo que tiene Drakkar Klose». Intuye por dónde pueden ir los derroteros del combate: «Creo que buscará bombas. Se equivocará puede ser y buscará el 'wrestling', puede ser una pelea entretenida. Una pelea para que el público se vaya contento».

A veces es más difícil la preparación que el propio combate, sobre todo, cuando toca perder peso y cumplir con la báscula. El gijonés le toca, como él dice, lo complicado: perder diez kilos. «He ganado músculo y el músculo se deshidrata, la grasa no. Me noto mucho más fuerte y cuando empezamos a perder agua, logro bajar el peso bien. Antes igual me tiraba dos semanas deshidratándome, no sabía hacerlo bien. Pecaba de ignorante y era un castigo muy grande», resume el luchador asturiano.

Joel Álvarez es una persona mucho más madura de la que empezó. Él mismo confiesa que su vida ha cambiado para bien después de ser padre. «Siempre fui un bandolero», asegura en la citada entrevista entre risas. «Y ahora le das mucha importancia a todo, hasta tu manera de conducir es distinta. Sabes que ya no le puedes faltar a esa personita y no puedes fallarle. Tienes que intentar darle, no todo, porque no quiero que tenga todo, pero sí lo mejor. Que sepa que si se cae de espaldas que sepa que tiene un colchón donde caerse, no que tenga que pasar lo que yo, que no había colchón. Eso hace que a peleas de la UFC no le des ni importancia, porque es una pelea y te van a pagar», subraya el luchador asturiano.

Cuando eres joven cometes errores y solo uno puede superarlos, cambiando el enfoque de la vida. «Hasta que tú no le ves las orejas al lobo, no cambias la mentalidad. Tienes que llevarte tú la hostia. A mí también me lo decían, que iba a acabar mal la cosa y finalmente acaba mal la cosa. Pero hasta que no te das cuenta, no escarmientas. Lo que sí diría que se dejen de la noche, la noche es para dormir. Yo trabajé en la noche cinco años y te trae malas compañías, son muy falsas. Es vivir en una nube mentira». Recomienda a los jóvenes, 'balas' como lo fue él, «que se centren en este deporte tan bonito y que intenten llevar una vida plena».

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