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Una debacle del Valladolid ayer en el Hermanos Llana hubiera acentuado la crisis liguera de los castellanos hasta extremos insospechados. La herida que rondaba todavía por su última derrota y la propia localización en la tabla, penúltimo con ocho puntos, podían dar a pensar en una alineación en Oviedo cargada del miembros de la llamada 'segunda unidad'. Y así fue. Pezzolano introdujo tantas concesiones como se esperaba –solo dos jugadores repitieron con respecto al once inicial que se midió el sábado ante el Villarreal– ante un rival, el Astur, un honrado equipo que milita en Primera Asturfútbol, que vivió ayer una fecha escrita con letras doradas, que disfrutó con una afición volcada en unas gradas recrecidas que dieron cabida a unos 1.300 seguidores, y que, aunque el resultado finalmente le fue desfavorable, disfrutó del reto de ponerse cara a cara ante un rival de la Liga de las estrellas por primera vez en su historia.
No hubo en la alineación de Pezzolano, con ese 4-2-3-1 con Latasa en la punta, demasiado interés en valorar la Copa –no viajaron Amallah, ni Marcos André, ni Machis–, pero la lógica superioridad quedó registrada en el marcador. Porque, pese a todo, actuó con contundencia (1-3).
Mientras, su homólogo Pablo Detori tiró de lo que tenía –Adrián Fuentes, Miguel Peña y Alejandro fueron baja–, aunque incluyó alguna, obligada, novedad en el once que se había ganado el billete copero. Y le echó valentía en un campo en el que el Astur, actualmente tercero en su categoría, que empezó la campaña como un tiro, llevaba, hasta ayer, un año y medio sin perder.
El Astur se plantó sobre el césped artificial con un sistema 4-5-1 y con un once reconocible: Sergio Delgado, Manu Pérez, Román, Michu, Santi Ramos, Javi Alonso, Cali, Andrés Barrera, Aser, Cris Alonso y Marcos Iglesias, el goleador por partida doble en la anterior ronda.
El arranque fue el esperado. Mucho balón, mucho control, mucho juego... Todo para los vallisoletanos. Y eso se tradujo, casi de inmediato, en un cabezazo de Latasa que despejó el meta ovetense Sergio sobre la misma línea. Pero solo necesitó seis minutos el Valladolid, en una acción calcada a la anterior, para adelantarse de nuevo con un cabezazo del propio Latasa.
El partido mostró las diferencias de juego y de fuerza física entre dos conjuntos muy diferentes. Un monólogo, con un Astur, sin embargo, cada vez más cómodo, más atrevido, a la espera de dar un zarparzo. Pero el que lo dio, de nuevo, fue Latasa, que, con un tobillo maltrecho, terminó lesionado en la jugada, al recoger un rechace del guardameta del Astur a disparo de Amath. El conjunto de Pablo Detori mantuvo firme su apuesta, con Marcos Iglesias incordiando todo lo posible a los defensas visitantes.
El paso por los vestuarios no deslució el dibujo anterior, con un Valladolid con el control del balón, pero sin demasiada tensión, y un Astur seguro de sus posibilidades, combinando con más soltura, que lo intentaba con balones al área. Y en uno de ellos, Robi, que había sustituido a Cali, le cogió la espalda a Chasco y cabeceó a placer ante un André vendido. Locura en el Hermanos llana, pero breve. Cinco minutos le duró el susto al Valladolid. Kike Pérez alejó los fantamas. Pudo incrementar la renta Meseguer, en este caso desde el punto de penalti, pero surgió ahí la figura de Sergio para detener el disparo.
El Valladolid, amo del balón, siguió desperdiciando ocasiones, como una de Amath, pero redondeó su goleada en la prolongación con un gol de Meseguer. El marcador certificó el pase del conjunto vallisoletano a la segunda ronda de la Copa y la eliminación de un Astur que dio la cara ante un rival de más alta categoría.
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