El técnico del Marino, Oli, ayer, en Luanco. J. PETEIRO

Oli: «No nos valía el 'play off', Queríamos el premio gordo»

Oli | Entrenador del Marino de Luanco ·

«He exprimido al máximo a mis jugadores, pero ellos me han dado su alma y corazón, me han hecho feliz»

EDUARDO ALONSO

LUANCO.

Lunes, 1 de julio 2019, 01:40

Exfutbolista y ahora entrenador del Marino de Luanco, aún no acaba de comprender la expectación que despierta. Ni por conducir a su equipo a la Segunda División B. Ni por sus números inmaculados. Nada ha conseguido que a Oliverio Jesús Álvarez, Oli (1972, Oviedo), se ... le estropee la expresión de técnico modesto, realista y optimisa. Durante una jornada tremendamente ajetreada, hace un paréntesis.

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-Habrán sido unas horas largas...

-Sí, como es lógico. Es el momento de las celebraciones, la alegría. Hay que descargar la tensión acumulada casi durante un año... Ha sido un trabajo largo y toca descansar y celebrarlo.

-¿Es el momento de relajarse y quitarse toda esa tensión acumulada?

-Fuimos toda la competición al límite, tratando de ver si nos enganchábamos al Lealtad. Y eso nos ayudó a llevar el rendimiento de los jugadores al máximo, lo cual nos vino muy bien para el 'play off', en el que hemos batido todos los registros: seis partidos imbatidos y sin encajar un gol. Eso es dificilísimo. No lo ha hecho nadie en la Tercera Española.

-¿Explotó como hizo todo el mundo con el gol de Morilla?

-Lógicamente, sin ataduras, te sale el ADN de futbolista que he tenido toda la vida. No hay reparo en celebrarlo. Son momentos únicos que recuerdas toda la vida. Los jugadores han pasado a la historia y el marco de cómo lo han logrado ha sido incomparable. Era, además, el mejor escenario para ascender y para dejarlo grabado.

-El míster también ha hecho historia.

-No, no. Lo tengo claro. Ellos me lo han dado todo. Yo he tratado de exprimirlos al máximo, llevarlos al límite, pero han sido receptivos y me dieron su alma y corazón. Son ellos los que me han hecho feliz. El protagonista es siempre el futbolista y el triunfo es de ellos por ese hambre y ambición. Ha sido muy largo, mucho trabajo, mucho aguantarme a mí, pero el mensaje les ha llegado. Comentaba con mi familia que he tenido la suerte de subir con el Cádiz como jugador y en ese momento transmites alegría a los demás, pero como entrenador ocurre al revés. Tengo una dependencia total del jugador.

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-¿Cuál ha sido el secreto del éxito?

-La clave no ha sido otra que el diseño de la plantilla. Por eso cada día es más importante el trabajo que se hace el mes de julio y agosto: la confección del equipo y, luego, el comportamiento como grupo. Los conjuntos que logran éxitos, al margen de un pelín de suerte, es porque tienen grandes vestuarios. Y ahí los más importantes son los que menos juegan. Porque quien lo hace está feliz. Este año hemos tenido más fondo de armario.

-¿Ha pesado mucho la presión?

-No, aunque la exigencia era clave. Estaba marcada por el presidente y por mí. Y quien venía la conocía. No nos valía jugar el 'play off'. Queríamos el premio gordo.

-Los números son inmaculados.

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-No se recuerda una temporada igual. Hemos ganado 27 de los 38 partidos, los números de 'play off' son inmejorables, llevamos desde que yo cogí el equipo42 partidos en Miramar, donde solo perdimos un encuentro. Y este año hemos jugado 50 encuentros y solo caímos en dos. Son números difíciles de repetir. Será difícil. Por eso es el momento de disfrutarlo y darle valor. No hay ascenso más merecido que este.

-¿Usted estaba convencido?

-Totalmente. Si no lo estoy, no lleno el vestuario. Me pasaba de futbolista. Siempre he sido muy optimista. Si no eres sincero, el jugador lo capta. Hemos convencido a la plantilla que el Sestao era un buen rival, pero que nosotros eramos mejor aún. Porque en grandes escenarios el equipo sabe competir, tiene orgullo.

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-No fue un encuentro relajado.

-Mentalmente les dije que era más fácil este partido en Sestao que el de Miramar. No me preocupaba nada.

-Usted tenía fama de jugador temperamental.

-Uno trata de respetar a cada jugador, pero, cuando un entrenador se ve reflejado en el campo, es una satisfacción. Se siente uno realizado. Ve que el mensaje llega y eso me hace sentirme más contento. La gente de Luanco ha vuelto a engancharse al conjunto. Y ese ha sido otro gran triunfo. Revitalizar a la afición, recuperarla. Hacía falta porque desde que el equipo había bajado estaba de capa caída.

-Ese apoyo quedó patente en el campo y en la ciudad.

-200 personas nos recibieron a las puertas de los vestuarios y eso da confianza al jugador, aunque también responsabilidad. Fue una pasada. Tengo que agradecérselo a los jugadores del año pasado, de este, al cuerpo técnico. También a Manel, culpable también de este éxito. Y a Rubén y Nacho. Especialmente a este último, que es con el que paso más tiempo. Su trabajo ha sido excepcional. Físicamente hemos llegado tremendos.

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-¿Continuará en el banquillo del Marino?

-No toca eso ahora. Estamos a la espera de una reunión entre el presidente y yo. Ahora quiero disfutar y, cuando pueda coger vacaciones, irme a Cádiz. Estoy muy cansado y necesito recargas pilas. Eso tocará hoy o mañana.

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