![El último paso para un duelo sin riesgo](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202006/21/media/desinfeccion.jpg)
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iván álvarez
Domingo, 21 de junio 2020, 02:42
Empleado solamente en la anómala primavera de 2020 para el ensayo con el que Miroslav Djukic preparó la pasada semana la reanudación del campeonato en Riazor, El Molinón volverá a albergar casi tres meses y medio después un partido liguero. Y no uno cualquiera, porque el esperado reencuentro de los jugadores rojiblancos con su feudo se producirá en el derbi asturiano, singular por los restricciones sanitarias que obligan a su disputa a puerta cerrada y con varias medidas preventivas como un laborioso proceso en la víspera.
De acuerdo a las exigencias que marca la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el último requisito para que el balón vuelva a rodar sobre el césped sportinguista es un tratamiento de desinfección en el interior del estadio. Un trabajo minucioso que se prolonga hasta las cinco horas de duración y gira en torno al peróxido de hidrógeno, incluido en el listado de productos de eficacia demostrada contra el COVID-19 recomendados por el Ministerio de Sanidad. «Se pulverizan todas las zonas en las que puede haber gente durante los partidos. Desde las gradas, donde van a estar los jugadores, hasta los aseos, despachos, cabinas de prensa, zona mixta, el palco, la cafetería, la sala de prensa, el garaje…», expone Pablo Fernández, de la empresa Deporastur, la elegida por el club para desarrollar ese cometido que el organismo presidido por Javier Tebas exige llevar a cabo veinticuatro horas antes de los partidos.
El previo al derbi es el tercer tratamiento de desinfección en El Molinón desde que se detuvo la competición liguera en marzo. Precisamente a finales de ese mes se produjo el primero y la pasada semana se repitieron esas labores como paso previo al entrenamiento realizado por la plantilla sportinguista con la vista puesta en el choque en La Coruña, aunque en esta ocasión se abarcan más metros cuadrados. Equipado con traje impermeable, guantes y máscara especializada que cubre todo el rostro, Pablo Fernández emplea un atomizador que ayuda en el objetivo de que ningún recoveco del estadio sea ajeno a la pulcritud perseguida en la desinfección.
«Pulveriza con mucha fuerza y llega a todos los rincones de todas las superficies», precisa sobre la importancia de no dejar ningún cabo suelto y desinfectar «hasta el marco de los asientos en los banquillos». Especializada en el control de plagas, la empresa Deporastur, que ha aprovechado en El Molinón su experiencia en la desinfección de naves de grandes dimensiones, lleva también las riendas en ese ámbito en Mareo, pulverizado semanalmente por exigencias protocolarias de la LFP para reducir el riesgo de contagios.
Una medida paralela al concienzudo desempeño de las trabajadoras de limpieza del club, que también interpretan un rol fundamental en lo que será el procedimiento previo a rada partido como local del Sporting a partir de ahora. Para que no se contaminen las instalaciones sometidas al tratamiento, queda prohibida la entrada al recinto deportivo hasta la cuenta atrás del derbi.
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