El Sporting B pende de un hilo

Con seis cambios respecto a la jornada anterior para suplir las bajas y Pelayo Suárez como único representante de los jugadores que alternan el filial con el primer equipo, se jugó el filial rojiblanco la última carta para mantenerse con vida en la lucha contra el descenso. El remate de Iván Elena desde el vértice derecho del área que atajó Alberto a los cuarenta segundos plasmó su burbujeante puesta en escena. Ágil en la circulación de balón, marcó el ritmo del juego y arremetió contra la portería del Coruxo, replegado en campo propio y con dos puntas para intentar orquestar en torno a ello sus ataques.

Apremiado por la necesidad, la iniciativa rojiblanca estuvo a punto de fructificar en el primer cuarto de hora. Koné engañó con un quiebro a Mangana para servir un balón al corazón del área que Iván Elena no pudo rematar de forma cómoda, obstaculizado por un zaguero que desvió a córner. En ese saque de esquina, David Fernández cruzó demasiado su remate de cabeza para transformar en gol un excelente centro de Berto. De la bota izquierda del avilesino salió también la segunda gran oportunidad para inaugurar el marcador, con una jugada ensayada en la que encontró libre de marca en el segundo palo a Mecerreyes, que cabeceó ligeramente alto.

La primera llegada se demoró el ecuador de la primera parte, con un balón colgado desde la izquierda por Manu que Silva remató desviado. Otro remate defectuoso de Chabboura tras una prolongación del ariete refrendó que el Coruxo había despertado de su letargo y el dominio rojiblanco se fue difuminando con el paso de los minutos. Sin la fluidez de los primeros compases, desacertados en la toma de decisiones, el reparto del balón se democratizó y los vigueses comenzaron a vivir más desahogados. Con las fuerzas ya niveladas, llegó el varapalo para los rojiblancos, obligados a remar a contracorriente tras su primer error.

En el tramo final de la primera mitad, Álex Ares pisó area y recortó hacia dentro. David Fernández cayó en la trampa y le derribó. Pena máxima que transformó el propio extremo del Coruxo engañando con su lanzamiento a Joel Jiménez para ponerle el choque cuesta arriba al filial rojiblanco.

El descanso modificó el guion del choque, con un Sporting B más vertical en sus ataques. Tras un envío en largo de Pelayo Pérez desde el costado derecho, Berto se coló a la espalda de la zaga del Coruxo y libre de marca remató cruzado, pegado a la base del poste, para establecer el empate.

Las tablas convirtieron el choque en un correcalles del que los visitantes sacaron tajada. Con el filial rojiblanco volcado al ataque, una galopada de Chabboura puso a Silva mano a mano con Joel Jiménez, que achicó bien para desviar su disparo, pero en la continuación de la jugada, tras un remate defectuoso de Chabboura, el balón le llegó en el corazón del área a Álex Ares, que ajustó su zurdazo al poste para subir el 1-2 al marcador. No se desmoronó el conjunto gijonñes, que se acercó al segundo tanto en una habilidosa conducción de Pelayo Pérez sorteando rivales por el carril central y en una volea de César García que no consiguió dirigir entre los tres palos.

Chabboura perdonó la sentencia con un potente remate que rechazó Joel Jiménez antes de que el poste le negó el empate a Álvaro Santamaría, que después de salvar la salida de Alberto remató desde posición escorada y se topó con la madera. El Sporting B se volcó en el último cuarto de hora y lo intentó de todas las maneras.

César García, Koné, Pelayo Pérez rozaron el gol durante un asedio que fructificó en el último minuto. César García zigzagueó antes de filtrar un pase hacia Berto, que desde las proximidades de línea de fondo dio una asistencia que no desaprovechó Koné. En pleno toque de corneta, el conjunto dirigido por Sergio Sánchez se quedó a las puertas de culminar su remontada en el segundo minuto del tiempo añadido. En un barullo en el área del que ni Juan Aspra, ni Berto ni Santamaría pudieron sacar provecho al estrellar su remata contra la muralla del Coruxo.