Nacho Méndez acaba con la maldición del Sporting casi cinco años después

El partido comenzó tal y como había planeado Miguel Ángel Ramírez. En la previa subrayó que el Oviedo no solía entrar bien en los partidos. Y así fue. El Sporting no le dejó ni respirar. Cuando los azules se dieron cuenta, Nacho Méndez estaba celebrando el gol.

No se habían cumplido dos minutos del inicio del derbi cuando el centrocampista se encontró el balón en la frontal del área y lo colocó en la escuadra. Simple. Un zurdazo para enmarcar que enloqueció a El Molinón y dejó atónitos a los visitantes.

El primer cuarto de hora fue para un Sporting irreconocible. Le salió todo. Además de adelantarse en el marcador, parecía haber aprendido de las malas experiencias en los derbis y tener la experiencia necesaria para dirigir el encuentro. Fue un espejismo.

El Oviedo comenzó a despertar con una jugada por la banda derecha entre Paulino y Viti. Carrión tenía claro cuál era el camino hacia la portería defendida por Christian Joel: Las bandas. Entre Viti y Bretones llevaron al Oviedo a merecerse el empate en la primera mitad.

La más clara para igualar el partido la tuvo Paulino. Una jugada de Bretones por la izquierda terminó con un centro al punto de penalti. El extremo, con todo a su favor, no pudo conectar con el esférico cuando ya se cantaba el tanto del empate para los de Carrión.

El propio Paulino también lo intentó en una falta escorada. Cabeceó un centro medido, pero su remate se fue ligeramente por encima de la portería de un Christian Joel que, pese a que rondaron su portería, no recibió ni un solo disparo entre los tres palos.

El descanso fue una buena noticia para unos y la peor para otros. Si El Molinón y el Sporting agradecieron el tiempo de descanso con el marcador a favor, al Oviedo le hubiera gustado que la primera parte se hubiese alargado. La última media hora antes del intermedio se tiñó completamente de azul con un Ramírez que se mostró impotente ante la reacción ovetense.

La segunda parte fue vertiginosa. El Oviedo mantuvo su superioridad, aunque los de Ramírez respondieron con algunas acciones de peligro.

La más clara fue la que protagonizó Villalba tras un centro desde la derecha de Pascanu. Solo, a media metro de la línea de gol, cabeceó alto lo que pudo haber sido el tanto de la tranquilidad para los rojiblancos. No marcó y el derbi estuvo más vivo que nunca.

Paulino fue el jugador del Oviedo que más peligro generó. Suyo fue el primer disparo entre los tres palos de los azules en El Molinón. Tardó en llegar y lo hizo con un suave remate centrado que detuvo sin problemas Christian Joel.

El duelo entre asturianos estuvo marcado por el gol de Nacho Méndez y también por dos acciones polémicas en el área rojiblanca. El Oviedo pide dos penaltis. Uno de Pablo García y otro de Varane. La falta de Pablo García es clara, pero no hay una toma que descifre las dudas de si la falta es dentro o fuera del área. El colegiado la dejó fuera.

Colombatto estuvo a punto de marcar en esa acción polémica. Su disparo lo despejó Christian Joel con los puños para alegría de El Molinón.

Carrión y Ramírez movieron el banquillo para intentar cambiar el signo del partido. El técnico azul dio continuidad a lo que estaba viendo, mientras que el rojiblanco buscó dar un giro al encuentro que nunca llegó.

El Oviedo merecía el empate ante el asedio continuado al Sporting. Y pudo empatar en la segunda acción polémica del derbi. Paulino solicita penalti de Varane. El colegiado no lo pita y el VAR le avisa para que revise la acción. Para sorpresa de todos, González Esteban mantuvo su decisión inicial. Y el penalti se quedó en nada.

La segunda victoria del Sporting en los últimos 14 derbis llegó con tensión y emoción. El Molinón y el sportinguismo explotó de alegría, el oviedismo por la polémica.

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