El Sporting B cerca la fortaleza de Miramar

Los luanquinos cogieron velocidad de crucero con el cambio de timonel en el ecuador de la temporada. Gracias a una espectacular reacción sustentada en su pleno de puntos como local bajo las directrices de Manel, emergieron desde las profundidades de la clasificación hasta la sexta plaza. Para evitar quedarse en la orilla, el conjunto luanquín, el que más puntos ha sumado en la segunda vuelta del campeonato junto al líder Burgos, ambiciona una quinta alegría consecutiva ante su afición a costa de los gijoneses.

El conjunto dirigido por Sergio Sánchez asume que su travesía entre marejadas será más larga, consciente de que tendrá que pelear en la segunda fase de la competición por evitar el naufragio de un descenso a Tercera. En Miramar, puerto cerrado al asalto visitante desde que la Cultural Leonesa se llevase los tres puntos el 9 de enero para detonar la dimisión de Oli como técnico marinista, el Sporting B quiere comenzar a enderezar su rumbo y reencontrarse con la victoria, esquiva en sus cuatro últimos choques. Una sequía que ha frenado el impulso que le había dado a los rojiblancos la llegada de Sergio Sánchez a su banquillo y les ha anclado a la penúltima posición.

Desde esa plaza afrontó el pulso ante los luanquinos en Mareo, marcado por el vértigo de ambos contendientes y saldado con tablas (1-1). Tres meses después, con dos nuevos estrategas en los banquillos, se reencuentran con los marinistas seis puntos por encima y la ambición gijonesa de asaltar la fortaleza de Miramar, donde solo se han producido dos goles foráneos en la segunda vuelta.

La juventud rojiblanca choca con la madurez de los marinistas, que encaran el duelo espoleados por su buena trayectoria. Para intentar frenarla, Sergio Sánchez, que recupera a Pelayo Pérez tras dejar atrás su lesión muscular y pierde a Diego Sánchez por sanción, dará continuidad al grueso de la alineación puesta en liza la pasada jornada.