El Sporting B se queda a medias ante el Marino

Apenas retocó Samuel Baños la formación inicial que había sucumbido siete días antes en el derbi. Alistó a César García en el flanco derecho de la vanguardia para dar libertad a Pelayo Morilla entre líneas, con Trabanco de regreso al lateral derecho y Enol Coto desplazado a la banda izquierda. En una primera mitad de riesgos calculados al milímetro, el Marino arrancó agresivo en la presión, que cortocircuitó el inicio de las acciones ofensivas rojiblancas. Amenazaron los luanquinos con una rápida combinación trenzada entre Luis Morán y Álex Arias que Mateo Arellano conjuró en el corazón del área y a través de un córner cabeceado libre de marca en el primer palo por Mendi que blocó con seguridad Christian Joel

Pausado en la circulación, paciente para tratar de encontrar los resquicios en el disciplinado entramado defensivo marinista, no inquietó hasta recién superado el cuarto de hora, con un zurdazo enroscado de César García desde media distancia que se perdió ligeramente desviado. Con atasco en los pasillos interiores, trató de generar peligro por los costados, pero no encontró el camino para profundizar con regularidad.

Con ambos equipos extremadamente imprecisos en el balcón del área, el choque, más vigoroso que brillante, se detuvo al filo de la media hora con el accidentado regreso a Mareo de Lora. El que fuera capitán rojiblanco tuvo que dejar el partido con dos brechas en la cabeza después de recibir el impacto de Koné cuando el costamarfileño trataba de rematar en escorzo un balón colgado desde el costado derecho por César García.

La ristra de errores en los pases y controles en campo contrario dinamitó los ataques rojiblancos. El paso de los minutos espesó todavía más el partido, con el balón alejado de ambas áreas y multitud de ataques deslavazados hasta que el Marino lo desatascó a balón parado en la recta final del primer acto. En una falta lateral lejana, Álex Arias colgó un balón al segundo palo, donde Mendi se elevó más que nadie para cabecearlo a la red ante la estirada estéril de Christian Joel.

Sin mucho tiempo para la reacción, solo se acercó al empate el Sporting B en el tiempo añadido con un córner peinado al corazón del área, donde Santamaría armó un disparo que se estrelló en la zaga marinista

Fruto de la necesidad del filial sportinguista, el encorsetamiento táctico se atenuó y propició un mayor ida y vuelta. A los diez minutos de la reanudación, un córner que sacó cerrado Guaya y peinó el exrojiblanco Miguel Prado en el primer palo lo despejó en un alarde de reflejos Christian Joel.

En busca de cambiar el contexto adverso, SamuelBaños movió ficha e introdujo en doble cambio en busca de mayor presencia en el juego interior con las entradas de Pelayo Pérez y Lucas Suárez en detrimento de Mateo Arellano y Pelayo Morilla. Los dos jóvenes centrocampistas agitaron el avispero. Mecerreyes inquietó con un testarazo en un saque de esquina al que no logró dar dirección y Koné al filo del ecuador de la segunda parte con un testarazo que se fue lamiendo el poste tras un buen servicio de Trabanco desde la derecha.

El Marino dio un paso atrás y permitió asentarse en campo contrario al Sporting B, que con un tempranero toque de corneta encontró el empate. Álvaro Santamaría descargó de espaldas, Koné caracoleó en el vértice izquierdo del área y devolvió el balón al ariete gijonés, que no falló para firmar su tercera diana de la temporada.

Enrabietado, el conjunto dirigido por Samuel Baños se volcó en busca del segundo tanto con varias transiciones ofensivas conducidas por Lucas Suárez y las galopadas de Koné, pero pecó de precipitación para completar su remontada ante la atenta mirada de David Gallego.

A tres minutos del final, el fantasma de las pasadas semanas volvió a planear por Mareo tras una pérdida en el inicio de la maniobra ofensiva de Lucas Suárez. Mendi armó un violento derechazo ajustado al poste, pero Christian Joel sacó una mano providencial para evitar el gol. En el cuarto minuto del tiempo de prolongación, Lucas Suárez tuvo en su cabeza la última oportunidad para deshacer el empate.