Lunes, 9 de septiembre 2019, 01:46
Todo salió de cara en el homenaje a Quini y a Luis Enrique en El Molinón, emocionado en los prolegómenos, mudo en el minuto de silencio por Xana y temperamental a lo largo de la goleada final de 'La Roja. Antes del encuentro, en ... los aledaños del estadio gijonés, se mezclaban los colores entre los seguidores. Por un lado, el rojo que viste a la primera elástica de la Selección y que coincide con el color principal de la indumentaria del Sporting, muy presente en su hogar deportivo. Por otro, el negro de las camisetas de edición limitada en tributo a la leyenda, dispuestas por el Sporting en dos remesas en diciembre y enero. Muchas de ellas estaban ayer en las gradas del estadio, con el nombre de Quini y el dorsal '9'.
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Antes del partido, todavía con una cantidad importante de aficionados adquiriendo su localidad en las taquillas, la emotividad ya inundaba las gradas del estadio gijonés, que en distintos momentos se encargó de recordar el motivo del regreso de la Selección a Gijón. «Ahora, ahora, ahora, Quini, ahora», se escuchó en distintas ocasiones del partido. La primera, como marca la tradición, en el minuto 9. La afición de Islas Feroe, situada en la grada Oeste, menor, pero de igual forma ruidosa, se hizo notar durante el encuentro y demostró su carácter respetuoso en el minuto de silencio por Xana Martínez, la hija pequeña de Luis Enrique.
En los prolegómenos del encuentro, la atención de los espectadores se dirigió al marcador, situado en el fondo norte, que inició el homenaje a Quini proyectando un vídeo con imágenes del histórico delantero, recordando su paso por la Selección y por el Sporting. El Molinón, entonces, dedicó la primera ovación al 'Brujo'. Después vinieron muchas más.
Los históricos Ablanedo y Eloy Olaya también se sumaron al homenaje y le entregaron a Pablo, nieto de Quini y goleador en las categorías inferiores de Asturias, una camiseta de la Selección con el nombre de su abuelo y el número 9, el histórico dorsal de su abuelo. El estadio ovacionó al preadolescente, emocionado, con la mirada en el cielo.
El Molinón, más diverso y plural que nunca y con espectadores de todas partes de España -incluso con algunos aficionados procedentes de México-, disfrutó de 'La Roja', la camiseta que lucía la leyenda del gol en la enorme pancarta desplegada de forma vertical en la grada este en los prolegómenos del choque. El histórico 'Manolo el del bombo' fue uno de los grandes agitadores del partido, sobre todo coincidiendo con las fases de juego más tediosas de la Selección, al inicio del choque. El estadio gijonés, cariñoso con el popular seguidor del equipo nacional, le vitoreó en varios momentos. La afición no tardó en iniciar una ola continuada por la mayoría de los presentes en el estadio.
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Rodrigo y Alcácer también se sumaron al tributo con un par de dobletes y honraron al 'Brujo' para cerrar una goleada en una noche que quedará grabada para siempre en el recuerdo y que tuvo mucho de todo: respeto y tristeza al principio, fiesta al final. El día de Quini, como no podía ser de otra manera, terminó por ser el día de la fiesta del gol.
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