«Seguiremos compitiendo hasta que el cuerpo aguante»

Hace dieciséis años Roberto Canella yAlberto Lora cruzaron sus caminos. El primero por la izquierda, el segundo por la derecha, fueron durante años los dueños de las bandas del Sporting. Muchas temporadas en la casa rojiblanca, muchas vivencias, buenas y malas, etapas en Primera, en Segunda y grandes recuerdos. Cada uno siguió su carrera en diferentes lugares, pero ahora vuelven a compartir vestuario en el Marino de Luanco, a donde Canella acaba de llegar y donde Lora afrontará la que será su quinta temporada vestido de azul. «Somos amigos desde hace muchos años, nuestras familias se llevan muy bien y mantuvimos el contacto», explican tras acabar un entrenamiento de pretemporada en las instalaciones de Balbín, en Luanco, donde el equipo se ejercita en las semanas previas al inicio de la competición.

La llegada de los dos jugadores al Marino se gestó de una forma similar. Lora, tras dejar el Sporting y pasar una temporada en Chipre, buscaba un equipo para entrenarse en verano a la espera de la llegada de ofertas. Luis Morán, entonces en el conjunto luanquín, fue su contacto para llegar a un equipo del que no se ha ido desde entonces. Canella, por su parte, se pensó «durante un mes» en dejar el fútbol. Pero, al mes siguiente,volvió a entrarle el «gusanillo de competir.Tenía claro que quería seguir jugando y tenía que ser en Asturias. Me llamó Luis Gallego (presidente del club) y me dijo vente al 'Marinín', del que Lora siempre me había hablado maravillas.Le dije de quedar un martes y ese mismo día lo cerramos». «Los que pasamos muchos años en el fútbol profesional, es difícil que se nos vaya el gen de competir. Seguiremos hasta que el cuerpo aguante», remarca Lora.

El que fuera lateral derecho del Sporting ejerce ahora de mediocampista, una posición en la que ya jugó en la base. Sus cuatro años con la camiseta del Marino le permiten tener una visión mucho más profunda de lo que es el Marino, un club que emana «humildad, cercanía. No tiene las mejores instalaciones ni un gran poder económico, pero sí mucho encanto. La gente de Luanco tiene mucho cariño y respeto al equipo».

Ningún otro jugador del equipo blanquiazul cuenta con el pasado futbolístico de estos dos jugadores, que acumulan cientos de partidos en el fútbol profesional.Pero, en el vestuario, son solo dos compañeros más. «Cuando llegas siempre es una sorpresa, pero al final somos todos iguales. Y ahora los chavales te pasan por la derecha», bromea Canella, quien, al igual que Lora, siempre está abierto a compartir su experiencia.«Te preguntan alguna cosa y tratas de enseñar lo aprendido».

Reacciones

Lora, por su parte, distingue dos tipos de reacciones entre los compañeros de vestuario cuando llega un futbolista con su pasado.«Hay gente joven que no te conoce, que no te han visto jugar», explica entre risas. «Otros sí.Al principio hay un poco de respeto, pero luego, cuando ven que eres normal, te vacilan, y eso mola. Todos estamos para sumar».

Este año el equipo luanquín se ha reforzado «bien», cuentan con muchos jugadores jóvenes con ganas de superarse y la aspiración es no pasar apuros, como ya ocurrió la pasada temporada. Al frente del equipo está SergioSánchez, quien coincidió con los dos jugadores en su última etapa en el Sporting. «Ellos nos aportan todo. Canella acaba de llegar, pero Lora es el corazón del equipo. Llegó al Sporting B como centrocampista y desde ahí tiene mucho criterio y espíritu competitivo, contagia positivismo. Canella seguro que nos aportará lo que siempre ha sido. No subirá tanto la banda como antes porque los años pasan, pero la experiencia y la lectura de los partidos crece. Y en calidad humana, ambos son un diez», resume el entrenador.

Son ya muchos los años que niCanella ni Lora están en el Sporting, pero haberse formado en Mareo y conseguido llegar al fútbol profesional con el club rojiblanco siempre hace que ojo esté puesto en el que siempre ha sido su equipo. Y, si en algo coinciden a la hora de evaluar la situación del Sporting, es en que hay que darle tiempo a la nueva propiedad para llevar al club a donde realmente quieren. «Hay que mirar a medio y largo plazo, es lo que te lleva al éxito», sostiene Canella.

La estabilidad es otra de las cuestiones que reclaman para la entidad rojiblanca, acostumbrada en los últimos años a grandes revoluciones cada verano, con un baile constante de entrenadores. «A los proyectos hay que darles estabilidad.No puedes cambiar a diez o doce jugadores todos los años», afirma Lora.

Ellos hablan desde la experiencia de conocer como pocos la casa rojiblanca, de cómo se gestaron los últimos dos ascensos a Primera y de la manera en la que el club supo lidiar con situaciones críticas. «No te puedes quedar con una sola cosa de tantos años.Yo recuerdo con cariño el ascenso con Preciado, los años en Primera, ganar al Madrid 0-1 en el Bernabéu... Hicimos muy buena relación en la etapa de Preciado. Cuando llegó Rivera hacíamos la quiniela los viernes, nos reuníamos con el entrenador y el cuerpo técnico... ese ambiente fue especial.El primer año con Manolo iban 8.000 al campo y acabamos con 12.000. Luego llegamos a los 20.000. Nunca he vuelto a vivir ese ambiente», recuerda Canella.

A Lora le tocó el ascenso con el Sporting de los guajes, una plantilla en la que había chicos subidos del filial «que habían jugado quince partidos en Segunda B.Estuvimos creo que cinco meses si cobrar y eso para los más jóvenes es duro. Pero eso nos hizo unirnos más.El ascenso salvó al club, si no, estaríamos hablando de un descenso administrativo».

Lora yCanella ya no volverán a jugar ante 20.000 espectadores cada quince días ni tendrán la atención mediática que despertaban antes. Pero lo que tienen claro es que seguirán compitiendo con las mismas ganas, rigor y profesionalidad que cuando estaban en Primera.Esta vez, para intentar hacer disfrutar a los aficionados que cada quince días acudan a Miramar a ver a su Marino del alma.

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