El Bernabéu se volvió loco con el segundo gol de Joselu que completaba la remontada. AFP

El Real Madrid siempre llega a tiempo

Dos goles de Joselu en los últimos minutos dan la vuelta a un partido que tenía imposible ante el Bayern y mete a los blancos en una nueva final de la Liga de Campeones

Jueves, 9 de mayo 2024, 02:00

El Real Madrid vuelve a una final de la Copa de Europa y lo hace a su manera: remontando un partido imposible cuando la campana estaba a punto de sonar. Esta vez el héroe fue Joselu, un actor secundario que se ha ganado con su ... oportunismo los aplausos y el reconocimiento del madridismo. El atacante marcó en el filo del noventa para dar la vuelta a un partido que Davies, futuro madridista, había puesto cuesta arriba con su espectacular gol. El idilio blanco con la Liga de Campeones tiene una nueva secuela.

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El Real Madrid empezó mandando con autoridad. La presión asfixió a los alemanes, incapaz de superar el centro del campo y acumulando pérdidas. En un cuarto de hora, los blancos gozaron de dos ocasiones de oro.

Rodrygo, en boca de gol, no llega por una uña a un centro medido de Carvajal desde la derecha. Sin tiempo para lamentaciones, el lateral filtra un balón a Vinicius en el corazón del área. El brasileño golpea cruzado el balón y el poste lo escupe en la misma dirección de Vinicius que tampoco atina en el rechace, con todo favorable ante Neuer.

El Bayern tardó veinte minutos en coger aire. El Real Madrid levantó el pie de la presión y permitió a la escuadra bávara sobar el balón aunque sin apenas encontrar espacios en tres cuartos de cancha. En defensa, los alemanes dejaban a la zaga local salir jugando el balón pero sin pasar del centro del campo, donde les obligaban a buscar un desplazamiento en largo aferrándose a la velocidad de Rodrygo o Vinicius.

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El primer aviso visitante llegó casi a la media hora cuando Kane agarró en la frontal una volea imposible que pegó junto al poste y ahí apareció Lunin con una mano salvadora para mandar a córner.

El Real Madrid no desistió en su propósito de tomar ventaja en la eliminatoria. Y siguió con su hoja de ruta nada más pitar el silbato el árbitro el comienzo de la segunda parte. Vinicius, un dolor de muelas para los bávaros, habilitó un pase imposible a Rodrygo que desde el borde del área pequeña se anticipó a su marcador para desviar lo justo el balón y mandarlo muy cerca del poste.

A estas alturas Neuer ya era el salvador del Bayern. Sus intervenciones frustraron un gran lanzamiento de falta de Rodrygo y un tiro de Vinicius después de amagar a media defensa alemana.

Si el fútbol se decidiera por una balanza, la cesta del Real Madrid acumulaba los méritos para decantarla a su favor. Sin embargo, este deporte no entiende de justicia. El Bayern, fiel al plan diseñado por Tüchel, dibujó una contra buscando situaciones de uno para uno. En esa se vio Alphonso Davies, que había entrado a la media hora por el lesionado Gnabry. El canadiense, al que muchos sitúan en el Real Madrid la próxima campaña, encaró a Rudiger al que lanzó varios amagos antes de apuntar con un golpeo perfecto con efecto que supera la estirada de Lunin.

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Sin merecerlo, el cuadro bávaro se vio por delante. Tuvo a punto de perder la ventaja al minuto. Córner a favor de los blancos y Nacho pega al balón casi sin querer y este se mete en la portería alemana tras rebotar en un defensa. El VAR avisa al colegiado que hubo una falta previa del defensa madrileño por empujar a Kimmich. Gol anulado. Tocaba seguir remando.

Ancelotti movió el banquillo, asumiendo riesgos, consciente de que solo así podía dar un vuelco a un partido que tenía cuesta arriba. Estuvo a punto de cambiar el paso un remate solo de Vinicius tras un centro de Rudiger que el brasileño manda alto con todo a su favor.

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Y de repente todo cambio. Neuer, que había sido el héroe de los bávaros cometió un error impropio. Disparo lejano de Vinicius que el meta alemán intenta capturar pero que se le escapa dejándole el gol en bandeja a un oportunista Joselu. El Madrid de la Champions tarda pero siempre llega a tiempo. Merodea el área y sabes que va a pasar algo. El miedo atenaza al rival y el Bayern ayer no fue una excepción. Rudiger centró un balón al área y ahí apareció de nuevo Joselu para dar la vuelta y meter al Real Madrid en la final con toda la épica del mundo pero también con la justicia del fútbol de su lado.

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