Un partido de fútbol base en Gijón acaba en pelea y cruce de denuncias

Otra vez más el fútbol base ha sido protagonista por un incidente ajeno al juego. El Asunción CF y el Estudiantes se enfrentaron ayer en los campos de la Universidad Laboral en un partido correspondiente al grupo I de Tercera Infantil. Al término del encuentro, que finalizó con el marcador de 4-1 para los locales, se desencadenó una trifulca con insultos, presuntas agresiones y cruces de denuncias presentadas en comisaría.

Cada una de las partes implicadas ofreció ayer a EL COMERCIO una versión diferente de lo sucedido. Desde la Asunción CF. se aseguró que el desencadenante de los hechos fue la reacción de varios padres del equipo visitante (el Estudiantes) que, según su tesis, «descontentos con el arbitraje, increparon a la colegiada del encuentro mientras era acompañada por el delegado del Asunción hasta su vestuario». Una vez en la caseta, un aficionado del Estudiantes, siempre según la citada versión, intentó entrar por la fuerza en el vestuario de la colegiada, siendo «neutralizado de forma pacífica» por el delegado y el presidente del Asunción CF.

Tras unos minutos en los que, según explicaron, se había recobrado la calma, otro aficionado del Estudiantes intentó entrar en el vestuario del equipo local mientras su hijo intentaba impedirlo. A la entrada del vestuario, siempre según la versión del Asunción CF, fue interceptado por los técnicos locales llegando a agredir a uno de ellos. La agresión fue de magnitud, afirman desde el Asunción CF, ya que tuvo que ser atendido J. G. de una fractura en el tabique nasal por lo que se presentó denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía.

Por parte del Estudiantes, el argumento es totalmente opuesto y desde el club se apunta a una agresión previa a uno de los futbolistas estudiantiles como el origen del conflicto. Según su punto de vista, los técnicos del Asunción, desde el banquillo, increparon al jugador visitante durante todo el partido y cuando el encuentro finalizó, el joven fue a reprochárselo junto a su padre.

La versión del Estudiantes asegura que el niño fue golpeado y eso provocó la reacción de su padre, que elevó el tono y desató una confrontación, sin llegar a las manos, explican las fuentes consultadas en el club estudiantil. El niño y su padre, añade el Estudiantes, acudieron a la comisaría a presentar la correspondiente denuncia por los actos ocurridos.

Por su parte, la colegiada del partido reconoció a este periódico que fue increpada por algunos padres y que, una vez finalizado el encuentro, llamó desde el vestuario a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado para garantizar su protección, sin que hiciera falta por su parte cursar la pertinente denuncia.

Se trata de dos versiones contradictorias que no terminan de aclarar lo que desencadenó la trifulca, pero varios testimonios apuntan a que el ambiente, tanto dentro como fuera del terreno de juego, se fue caldeando a medida que avanzaba el partido, correspondiente a Tercera Infantil, y en el que jugaban jóvenes de 12 y 13 años.

Juanjo Cabanillas, coordinador deportivo del Estudiantes, se encontraba ayer presenciando otro partido, pero acudió a los campos de la Universidad Laboral nada más recibir la noticia de lo sucedido. «Me parece triste que se produzcan este tipo de situaciones que hay que evitar a toda costa», lamentó el técnico.

Por su parte, Aurelio Gargantiel, delegado del Asunción, aseguró que tras el partido «varios padres increparon a la colegiada, pero solo uno fue el que se dirigió a iniciar la pelea».

Desafortunadamente, el de ayer no fue el único suceso bochornoso que se ha producido esta temporada en el fútbol base, ya que el pasado octubre un hombre que, según los testigos, se encontraba bajo los efectos del alcohol, se dedicó a amenazar -«te voy a matar», entre otras frases similares- al colegiado de un partido de cadetes disputado en Oviedo.