Acompañado por el alma máter del Marino, Luis Gallego, Oli ha desglosado este lunes el «cúmulo de circunstancias» que le han llevado a presentar su dimisión como entrenador del equipo luanquín. «Un paso al costado necesario en estos momentos», como ha afirmado el ... técnico ovetense para definir «una decisión muy meditada» en la que confluyen «la precariedad» en el trabajo diario por la falta de instalaciones deportivas y la delicada situación clasificatoria del equipo, colista con cinco puntos tras nueve jornadas disputadas.
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En la secretaría del estadio de Miramar, escenario de una despedida marcada por los elogios cruzados, Luis Gallego ha hecho una enérgica defensa del cuerpo técnico liderado por el ovetense en los últimos tres años y medio, además de desvelar que trató de convencer a Oli para que continuase en el cargo, pero el exariete se reafirmó en su postura de que «el vestuario necesita una cara nueva» al mando. «Debo dar este paso al costado por honestidad, no me puedo engañar ni a mí mismo ni a Luis», ha remarcado antes de confesarse «falto de energía» para lidiar con todos los obstáculos que tiene que sortear el conjunto gozoniego para ejercitarse con normalidad al verse privados del campo sintético de Balbín.
«En los últimos años hemos visitado hasta veinte instalaciones para entrenar y solo me queda entrenar en el 'prao' de mi casa o en las puertas del Ayuntamiento. Eso va minando la moral. Estoy desanimado», abundó el exdelantero, que no obvió que su marcha está ligada a la trayectoria de esta temporada. «No veo competir al equipo como a mí me gusta. El año pasado se podía perder, pero veía reflejado en el campo cómo siento esto. Ahora no se está dando», expuso antes de asumir que es el «máximo responsable» de ello.
«Lo mejor para el Marino es que haya un cambio de entrenador y el que venga consiga transmitir las cosas a los jugadores para que haya un cambio de dinámica», apostilló. «Ni en el día a día estoy disfrutando ni tampoco en los domingos. Me falta ser feliz. Ni tengo la satisfacción del trabajo diario como profesional ni veo reflejado lo que me gusta en el terreno de juego de un equipo de fútbol», profundizó, convencido de que los luanquinos pueden revertir la situación en la segunda vuelta del campeonato.
«Luis fue un valiente cuando me dio la primera oportunidad de entrenar en Asturias, respetando mi parcela y mi independencia como entrenador», ha expuesto echando la vista atrás. Junto a Oli dejan el club el segundo entrenador, Rubén Suárez, y el preparador físico, Nacho López, a los que ha expresado su agradecimiento para alcanzar los dos objetivos que, según ha confesado, le pidió el máximo mandatario marinista en la primera reunión en la mueblería: devolver al Marino a Segunda B y recuperar la presencia de los jóvenes aficionados en Miramar. «Han sido tres años y medio duros, pero muy satisfactorios. Con todo lo que me ha pasado salgo mucho mejor entrenador de lo que llegué», ha resumido.
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