Ibrahimovic que estés en la gloria

La repercusión del talento infinito de Ibrahimovic camuflaba la valía de Suecia. Era un equipo ignorado por el ruido que generaba el delantero. Pero tras la última Eurocopa decidió dejar la selección, que no pasó ni la fase de grupos. Y entonces Janne Anderson formó un bloque de titanio. Lo ha reiterado el defensa Andreas Granqvist. «Ibra es uno de los mejores jugadores del mundo, pero otros futbolistas dieron un paso adelante y se ha construido un equipo», asegura. Tras la sonada retirada, Suecia ha logrado nueve victorias, cuatro empates y seis derrotas. Pero su momento álgido llegó en la repesca para la cita de Rusia con Italia. Dejó a los transalpinos a cero goles en 180 minutos (1-0 en Estocolmo y 0-0 en Milán). Ibrahimovic, siempre oportunista, amagó con volver a la selección, pero el técnico le paró los pies. «Sólo estarán los que dijeron que sí. Definitivamente, él no está incluido en esta lista». Claro y raso.

A sus 36 años, el delantero que dejó el Manchester United para adentrarse en el sueño americano vive sus últimos momentos en el fútbol. En el equipo de Mourinho sufrió la rotura del ligamento cruzado. Se recuperó de una forma tan veloz como asombrosa. Ahora los achaques le persiguen. Pero no puede aguantar que su selección triunfe sin él. Necesita hacerse notar. «Yo conquisté el mundo y ahora lo está haciendo Suecia, probablemente ganará el Mundial», ha dicho. Lo segundo es posible, lo primero lo tendrá que explicar.

Esta selección ya es de Larsson, Forsberg, Ekdal, Toivonen, Berg y Granqvist. Y el pueblo está excitado. Una encuesta del diario Expressen reflejaba que sólo el 32 de los aficionados querían el regreso de Ibrahimovic. El resto sueña con éxitos pasados. El último momento de gloria llegó en el Mundial de 1994 en EE UU con la tercera posición final. Ganó en la final de consolación a la Bulgaria de Stoitchkov con el mítico Brolin como referencia y con dos exvalencianistas como Bjorklund y Schwartz en el once inicial. Aunque fue en 1958 cuando estuvo más cerca de la excelencia. Sólo la Brasil de Pelé evitó que se llevara el Mundial en su país. En Francia 1938 y Brasil 1950 acabó como semifinalista.

La Suecia actual es una roca. En la fase de grupos sólo encajó dos tantos y fue en la remontada de Alemania, en el único arreón de los campeones del mundo. Ante Corea del Sur y México la portería quedó inmaculada. El mensaje del seleccionador es de obligado cumplimiento. «Cada jugador en el campo es un defensor», afirma, que lo encarna en sus dos delanteros: «Marcus Berg y Ola Toivonen lo personifican al máximo con el que trabajo que hacen». En esta edición de Rusia quiere derribar el muro de octavos con el que se topó en 2016 ante Alemania y en 2002 frente a Senegal. Para el choque ante Suiza, un encuentro inédito en un Mundial, el entrenador duda entre Svensson y Hiljemark para suplir al sancionado Larsson.

Pero enfrente se encontrará a un bloque con más fútbol que nombre. Suiza es una formación multinacional, que lideran dos futbolistas de origen albano-kosovar, Xherdan Shaquiri y Granit Xhaka, y con un carácter feroz. Empató a Brasil tras ir perdiendo y remontó a Serbia. El problema del seleccionador, el croata de origen bosnio Vladimir Petkovic, lo tiene en la defensa al no poder contar con el lateral derecho Lichtsteiner ni con el central Fabian Schaer. Michael Lang y Johan Djourou serán sus sustitutos. En la vanguardia ha tomado la delantera Drmic, el único que ha marcado en la cita de Rusia y que apunta a titular.