El Marino fue víctima del empuje de un Móstoles que consiguió dar la vuelta al partido

Ya la presentación del cuadro mostoleño fue amenazadora. La defensa de Manuel Menéndez quedó a expensas del buen inicio local, que zarandeó a su oponente y acumuló pronto ocasiones claras de gol. La primera de ellas, un envío de Ledesma desde el costado despejado en última instancia por la zaga visitante. Poco después, una triangulación que no pudo rematar con acierto Álvaro tras ganar la espalda a su pareja de baile. Fue rebasado el cuarto de hora del enfrentamiento cuando la sala de máquinas del Marino se hizo con el esférico y ganó en profundidad con sus dos carrileros.

De nuevo, Manel Menéndez apostó por una defensa de cinco efectivos que dio seguridad atrás y propició superioridades en fase ofensiva. Sin embargo, ahí es donde faltó más claridad a un equipo que no encontró a Luis Morán entre líneas ni tampoco fue capaz de ver los desmarques de Steven. Entró así el pulso en una fase muy disputada, con mucho tránsito en la zona media y pocas llegadas al área. Una suerte de armisticio hasta el paso por los vestuarios que el Marino decidió no respetar en el último lance de la primera mitad. La algarada la inició Lora con la recuperación del cuero en campo propio para generar un pase largo que despejó de forma defectuosa Álex Rodríguez para mayor suerte de Steven. El punta ovetense dio buena cuenta del regalo con una volea al primer toque que desató la alegría de sus compañeros antes del descanso.

En la vuelta al césped, el once luanquín regaló el balón y muchos espacios a un Móstoles obligado a proponer para lograr las tablas. Sin embargo, los muchachos de Víctor González necesitaron muy poco para igualar. Un desajuste defensivo por el perfil izquierdo abrió el camino a Portilla para recibir una asistencia de Álvaro que culminó con un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Buru. Volvió a la carga la formación mostoleña con un pase filtrado sobre Álvaro que repelió el guardameta con una salida ágil.

Sin duda el gol dio alas al conjunto anfitrión, decidido a lograr la remontada por la vía rápida. Por eso no necesitó dar más avisos Ledesma tras cazar un balón cedido por Calarge para firmar uno de los goles de la jornada. Ya despejó bajo palos Julio la acción previa y el esférico lejos de quedar fuera peligro fue voleado por el volante pacense hasta colarse cerca la escuadra. Dos zarpazos que fueron más que suficientes para dejar sin premio a un Marino demasiado conservador.