La 'Mareona' vuelve a pinchar en hueso en la capital

La 'Mareona' volvió ayer a peregrinar al Tartiere, en una jornada emocionante y sin incidentes en su desembarco en la ciudad, bajo el dispositivo previsto. Se llevaron, eso sí, el chasco del día por el enésimo garrotazo de los azules.

El derbi del Sporting empezó a jugarse por la mañana. Abelardo, energético todo el día, había dirigido un entrenamiento de activación en Mareo antes de que el equipo quedara concentrado en el Hotel NH Gijón, donde fue recibido por un grupo de aficionados al mediodía. El club buscó tranquilidad para los futbolistas, aprovechando el día y la circunstancia para retirar muebles y material ante el inminente inicio de las obras para reformar Mareo.

Desde la distancia de México, a media mañana, Alejandro Irarragorri, máximo dirigente del Sporting y de Orlegi, mandaba ánimos. «Día especial para el sportinguismo; en los clásicos representamos especialmente el espíritu y la historia de nuestro club», recordó. También quiso mandar un mensaje en torno a la alta rivalidad que existe entre los dos clubes, acrecentada con el duelo Pachuca-Orlegi. «Dentro de la cancha, intensos y luchamos con un cuchillo entre los dientes. Afuera, que gane el respeto, la historia y los valores que representamos». «¡Puxa Sporting!», concluyó. Vivió y sufrió con el partido desde el país azteca.

La 'Mareona' llegó a El Cristo -lugar fijado para el reparto de las entradas- con antelación. Mucha. Y el dispositivo fue lento. Había aficionados que habían llegado antes de las cinco al punto de reunión, cerca de la Facultad de Derecho. David Guerra y Joaquín fueron allá para agradecer en persona al sportinguismo su esfuerzo y apoyarlo en la espera. Las fuerzas del orden contabilizaron unos 800 aficionados en El Cristo, además de los 150 que viajaron en 'burbuja' desde El Molinón. Entre el público local, ya en el campo, también hubo mucho sportinguista, superando de forma holgada los mil seguidores rojiblancos en el derbi.

El casi millar de aficionados de El Cristo no se puso en ruta hasta las 18.40 horas, aguardando a que, en otro punto de la ciudad, en el Tartiere, el grupo inscrito en la Grada de Animación de El Molinón accediera al campo. Escoltados por la Policía, el grueso de la 'Mareona' se puso en marcha entre cánticos a favor del Sporting, clásicos contra el Oviedo y sin incidentes. Durante el trayecto, los aficionados rojiblancos eran recibidos con banderas azules que colgaban desde los balcones, que ondeaban desde las aceras... Y también alguna rojiblanca.

«¡Tú sí que vales!», entonó al unísono todo el sportinguismo cuando, de camino al Tartiere, pasaron por un edificio en el que convivían aficionados del Oviedo, en un piso, con otro del Sporting, en otra planta. Una bufanda rojiblanca ondeaba con fuerza desde el séptimo. «¡Tú sí que vales, tú sí que vales!», repitieron los sportinguistas de la calle. Otro sufridor tras el varapalo final.