Robert Lewandowski sigue empeñado en demostrar que la edad es solo un número. A sus 36 años atraviesa uno de los momentos más dulces de su carrera y suma ya siete goles en siete partidos de Liga. Ni siquiera el Getafe, un rival al que ... nunca le había marcado, fue capaz de resistir la voracidad de un delantero que sigue acaparando elogios en Barcelona a la misma velocidad que ve portería. El polaco es un futbolista renacido, el líder perfecto para un Hansi Flick encantado con Lewandowski que ya sabe todo lo que puede sacar en él.
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«Para mí es el mejor nueve en la última década. Su trabajo es jugar delante de la portería y marcar, y lo está logrando. Tiene jugadores alrededor que le pueden asistir y de cara a gol es un jugador fantástico», reconoció el técnico alemán del Barça tras la victoria ante el Getafe al ser preguntado por Lewandowski. A Flick no le quedó otra que deshacerse en elogios ante la punta de lanza de su proyecto.
No es para menos. Lewandowski ha comenzado la temporada como un tiro y demostrando que las voces que anticipaban su declive no estaban en lo cierto. Ha marcado goles a Valencia (dos), Athletic, Valladolid, Villarreal (dos) y Getafe para firmar siete dianas en otros tantos partidos, o lo que es lo mismo, un gol por encuentro. Nadie en la Liga consigue equiparar sus cifras. Ni siquiera su compañero Raphinha o Kylian Mbappé, ambos con cinco goles hasta el momento.
Y eso que el miércoles Lewandowski jugó un partido sin demasiado brillo. El punta polaco se las tuvo que ver con un rival que fue capaz de reducir espacios y de hacer que los culés se quedaran con menos argumentos de los esgrimidos en las últimas jornadas. Los azulgranas apenas lograron cuatro remates entre palos, mientras que el ex del Bayern solo realizó uno.
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Suficiente para marcar el tanto del triunfo y seguir en lo más alto de la tabla de goleadores. Lewy logró con su tanto ante el Getafe, además, igualar el buen inicio que cuajó cuando llegó a Barcelona en 2022. En aquella ocasión también firmó siete goles en siete partidos antes de que el Mundial cortara su progresión. Ese evento no está en horizonte esta vez y el Barça se frota las manos con él.
Un motivo importante en el renacimiento de Lewandowski es la buena sintonía que mantiene con Flick. El técnico germano ya sacó su mejor versión en el Bayern y en esta ocasión ha diseñado un grupo de jugadores perfectamente coordinados para nutrir al punta de Varsovia. Cuenta con más apoyos a la hora de presionar en campo contrario y tiene también por detrás hasta a tres jugadores que viven por y para generarle ocasiones de gol.
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Y es que Raphinha, Lamine Yamal, Dani Olmo o, en este caso, Pedri, tienen siempre en el horizonte la idea de enviar la pelota al polaco en zonas de peligro, allí donde el nueve se mueve como pez en el agua.
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