El Espanyol tira de corazón y descabalga al Atlético del segundo puesto

Mereció más el conjunto catalán, que fue golpeado sin misericordia por su falta de puntería y la efectividad del Atlético. Saúl, Griezmann y Carrasco dejaron a los blanquiazules al borde del abismo pero el tanto de César Montes cambió la historia de un partido que acabaron por igualar Joselu, de penalti, y Vinicius de Souza.

Y es que la derrota espanyolista no respondía a lo que ocurría sobre el césped. El marcador fue en dirección contraria al juego durante buena parte del partido. De poco sirvió en el primer acto el ambiente de gala en el RCDE Stadium para empujar a los suyos hasta la complicada salvación. Y eso que estuvo respaldado por el arreón inicial blanquiazul. Melamed y Puado testaron de salida los reflejos de Grbic y enardecieron a la afición periquita.

El Atlético, replegado, replicó con un remate alto de Griezmann, pero se libró de la quema tras una volea desviada de Joselu, que pretendía poner la guinda a una gran contra del Espanyol. Decayó ligeramente el entusiasmo inicial pero no merecía el conjunto catalán el enorme mazazo del gol de Saúl. Gran pase de Mario Hermoso al espacio, se equivocó César Montes al ir al corte y Saúl, ejerciendo de carrilero, se plantó en el área y definió muy ajustado al palo con muy poco ángulo.

Tremendo jarro de agua fría sobre la afición perica, al borde del ataque de nervios con su equipo a cuatro puntos de la salvación y solo seis por delante. Necesitaba una reacción urgente el equipo de Luis García y lo cierto es que no se le pudo negar el coraje pero sí la puntería. No acertó de cabeza Puado, frustrado por Grbic; tampoco Cabrera, otro que se estrelló de testa contra el portero croata; ni finalmente Darder, cuyo zurdazo tras un barullo en el área se topó con el cuerpo de Mario Hermoso.

Definitivamente no parecía la noche del Espanyol cuando Grbic otra vez impidió el empate perico, esta vez ante el golpeo a bocajarro de Joselu, pero es que justo antes del descanso la cosa se puso aún más fea para la parroquia local en una jugada propia de billar a tres bandas. Pacheco evitó el gol de Saúl antes de que Carrasco se topase con la madera y en última instancia Griezmann superó por milímetros la estirada desesperada del portero blanquiazul, que sacó la pelota desde dentro a juicio del VAR.

El drama ya era total cuando recién iniciada la segunda parte Pacheco tuvo las manos de mantequilla ante una volea muy lejana de Correa y dejó un balón rechazado en forma de caramelo para Carrasco, sin piedad del árbol a punto de caer, que no caído.

El silencio se hizo dueño del RCDE Stadium, atenazado por el pánico a un descenso cada vez más cercano. La misión parecía ya un imposible. Apenas un remate lejano de Melamed que llevaba veneno pero no es suficiente para derrotar al coloso Grbic, también seguro ante la enésima intentona del frustrado Joselu.

Griezmann pudo hurgar en la herida del Espanyol pero remató alto y justo cuando ya parecía sellada la rendición perica César Montes le devolvió el hálito de vida a los suyos con un certero cabezazo al primer palo tras un saque de esquina. Fue el toque de corneta que necesitaba la grada espanyolista, que vislumbró el milagro con el tanto de Joselu finalmente anulado por fuera de juego.

El tramo final fue una colección de centros al área colchonera y aunque pudo sentenciar el Atlético con un disparo al larguero de Nahuel Molina y el remate de Griezmann que de forma muy poco ortodoxa desbarató Pacheco, el duelo entró en ebullición con el penalti de Grbic a Puado. El guardameta balcánico echó por tierra su acierto anterior con un derribo innecesario al atacante blanquiazul y Joselu ejecutó desde los once metros.

Gritó enfurecida la afición periquita y condujo a los suyos hasta el empate. La igualada que parecía una quimera apenas unos minutos antes la ejecutó Vinicius de Souza, que remató con la testa pero también con el corazón. Soñó la hinchada en Cornellá con la victoria pero al Espanyol le faltó resuello para culminar la remontada ante un Atlético absolutamente desdibujado, que no demostró ambición por conservar el segundo puesto liguero. El conjunto perico se tuvo que conformar con un punto que vale mucho más en lo moral que en lo numérico.