Daniel Cabornero
Domingo, 28 de febrero 2016, 20:22
El Atlético de Madrid bipolar sigue viento en popa, a tenor de sus pobres cifras goleadoras pero con una defensa de récord que lo han incorporado de soslayo en la lucha por el título. Después de su triunfo ante el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu y gracias a un tanto de Antoine Griezmann, los rojiblancos se han erigido casi en la única competencia del líder FC Barcelona. Lo han conseguido al exprimir sus 36 goles a favor en estas 26 jornadas de Primera División, tras las que han acumulado 58 puntos, sólo 3 menos que cuando ganaron su última Liga.
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Los números muestran que el acierto colchonero supone así 1,6 puntos por cada gol que mete, una estadística que brilla por su robustez en el aspecto defensivo. De las 18 victorias ligueras de este Atleti, 9 han sido por un solo gol de diferencia (siete por 1-0 y otras dos por 2-1), lo que revela la austera capacidad de los de Diego Pablo Simeone. Además, los 11 tantos recibidos por Jan Oblak significan que el club del Manzanares es el menos goleado a estas alturas de curso. La cifra se emparenta con otro Atlético de Madrid, aquel en que Abel batió récord de imbatibilidad en la temporada 1990-91. También pueden presumir de ser el único equipo que ha recibido solo 5 goles en los 14 primeros partidos a domicilio.
Con este vigor atrás, la afición rojiblanca aún se pregunta cuál es el techo en caso de que Griezmann halle aliados para la labor anotadora. Porque el delantero francés es el único que arriba sigue la pauta de su entrenador, un Simeone al que le salió rana la apuesta por el colombiano Jackson Martínez y que además asiste al sudor estéril de Fernando Torres. De hecho, el trabajo de El Niño para el bien colectivo es ponderado por el mismísimo Simeone aunque no haya fructificado en una cascada de tantos.
«El esfuerzo de Torres y Griezmann fue brillante», afirmaba el técnico argentino en rueda de prensa tras ese 0-1 del Atleti contra su vecino madrileño. Al sobrepasar el centenar de goles con la camiseta colchonera, el fantasma de la sequía parece olvidado pero no desterrado para El Niño, quien incluso había contagiado el mal fario sus compañeros. El propio Griezmann encadenaba cinco encuentros de Liga sin marcar antes del derbi, su peor racha local esta campaña; pero la inoperancia madridista creó un idóneo caldo de cultivo para que el entrenador Atlético desplegara sus ideas a través de sus pupilos.
Saber aguantar el tipo y las líneas en defensa, para luego explotar cada mínima virtud al contraataque y asfixiar las ideas de Zinédine Zidane y sus pupilos. Pese a que Yannick Carrasco no estaba sobre el césped del Bernabéu, el conjunto rojiblanco no echó en falta a su principal catalizador de juego y armó su mediocentro con Gabi, Saúl Ñíguez, Koke y Augusto Fernández. La libertad de movimientos era el lujo para Griezmann, quien al inicio de la segunda parte se asoció con Filipe Luís para golear a Keylor Navas, romper su dinámica y firmar con ello el triunfo visitante.
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