P. Ríos
Sábado, 21 de noviembre 2015, 00:48
Ningún jugador del Barça se salva de los pitos en el Santiago Bernabéu. Eso siempre ha sido así y es normal por la rivalidad con el Real Madrid. La bronca es mayor para los que tuvieron protagonismo en las tres temporadas bélicas fomentadas por la presencia de José Mourinho en el banquillo blanco y su antagonismo con Pep Guardiola en el azulgrana. Si algo huele a política independentista de Cataluña, todavía peor para el abanderado del 'sí' al referéndum. Gerard Piqué tiene esas diferencias con los seguidores de su eterno rival y muchas más, como dedicar a la grada el 2-6, marcado por él en 2009; sacar a pasear la 'manita' el día del 5-0 en 2010; celebrar el triplete del Barça la pasada temporada con una indirecta a la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo; o invitar a ser un poco más eufórico a sus compañeros con la Supercopa de Europa en la mano para que les vieran en Madrid. En un momento en el que pitar a Piqué se ha convertido en una moda en la selección y en un deporte nacional en todos los estadios de Primera División, lo de este sábado promete destrozar tímpanos.
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«Que me piten en el Bernabéu es sinfonía para mí», proclamó Piqué en septiembre, el día de una rueda de prensa memorable en la que se mostró tal y como es. «Yo siempre quiero que pierda el Madrid. No fui elegante con lo de 'Kevin Roldán, 'contigo empezó todo', pero son cosas que dan salsa al fútbol. A veces hay que salirse del guión», se justificó, en la línea de sus recientes declaraciones: «No hay nada malo en meter pequeñas pullas al rival». Tras el último partido liguero ante el Villarreal, pensando ya en el clásico, confesó: «Es un partido que nos pone cachondos».
Sergio Ramos es la 'extraña pareja' de Gerard Piqué en la selección. En principio, pocas cosas se adivinan que tengan en común, pero han aprendido a respetarse y a formar una de las mejores parejas de centrales del mundo cuando están en forma. «Cachondo no sé. Yo no he llegado nunca al orgasmo en un clásico, pero es cierto que casi», replicó el andaluz al ser preguntado por las palabras de Piqué. Su relación ha pasado por altibajos reconocidos por los dos. El catalán confesó en septiembre: «Mi relación con Ramos no es muy buena, pero va a mejor. Desde el día que debuté es cuando mejor estamos». Y el sevillano le dio la razón en octubre: «Tenemos una relación magnífica». Sin embargo, entendió los pitos que recibió en septiembre en la selección, «porque sus últimos actos no ayudan». «No nos sorprende viniendo de él», comentó entonces Ramos. Curiosamente, lo dijo tras varios días de convivencia en los que cara a cara no salió el tema, un hecho que a Piqué no le sentó bien, aunque tampoco le dio más importancia. Vicente del Bosque se ha convertido en el enlace y en el promotor del buen rollo entre ambos.
Este sábado, si el hombro de Sergio Ramos no lo impide, volverán a verse las caras, se marcarán cuerpo a cuerpo en las jugadas de estrategia, saltarán chispas porque en caso contrario no sería un clásico, pero al acabar el partido se estrecharán la mano porque en el fondo quizás no sean tan diferentes. Son jóvenes privilegiados por ganar mucho dinero gracias a su talento para el fútbol, parejas de mujeres mediáticas, padres de niños que tendrán que convivir con los 'paparazzi', defensores a muerte de la selección española por encima de las ideologías políticas, divertidos cada uno con su estilo y amantes de la buena vida, del fútbol y de los clásicos que a uno le ponen cachondo y al otro le acercan al orgasmo. Y si discuten de vez en cuando, eso es que son normales.
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