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P. ríos
Miércoles, 1 de julio 2015, 20:53
Jornada frenética para el Barcelona, a pesar de que la entidad azulgrana se encuentra en pleno proceso preelectoral y en teoría ningún candidato puede fichar en nombre del club. Cuando se daba por hecho que el francés Paul Pogba estaba atado a partir de la temporada 2016-2017, surgió la gran noticia hasta ahora del verano en forma de fichajes: el acuerdo con el Atlético para que Arda Turan se convierta en culé a partir de este mismo verano.
Giro brusco en el mercado, ya que hasta hace unas horas los rumores situaban al rojiblanco a un paso del Chelsea de Jose Mourinho, técnico que deseaba un jugador que aportase calidad a un centro del campo con más músculo que toque. Arda, cansado de tanto correr por exigencia del Cholo y del profe Ortega en el Atlético, deberá a someterse a grandes esfuerzos para ser titular con Luis Enrique, aunque en el Barça la profundidad de banquillo permite más rotaciones.
La claúsula de Arda Turan es de 41 millones de euros, aunque el jugador turco llegará por 35 millones más variables y firmará por cinco temporadas. El fichaje se concretó en una reunión en Ibiza entre Josep Maria Bartomeu, presidente saliente y candidato a las elecciones, y el consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín. Falta saber cuándo se incorporará a las órdenes de Luis Enrique, algo que se da por hecho sea quien sea el presidente. La pretemporada empieza el 13 de julio y las elecciones se celebran el 18. Si el asturiano quiere con Turan desde el primer día, sería la Junta Gestora la que oficializaría el traspaso. Si Luis Enrique decidiera que se puede esperar, sería el nuevo presidente el que lo haría. En todo caso, el turco no puede jugar hasta que se abra el mercado de invierno, igual que el exsevillista Aleix Vidal.
Menos claro parece el asunto Pogba. Para unos, el club le tiene atado para la temporada 2016-17. Para otros, sólo se ha asegurado que la Juventus no lo venda este verano y como mucho acepte negociar con la entidad, quizás con una prioridad, de cara al próximo verano a partir de 80 millones de euros, pero con otros grandes clubs en la puja. Posiblemente la única utilidad que ha tenido el viaje a Italia de Ariedo Braida, asesor internacional de la Comisión Técnica, y Albert Soler, director de Deportes Profesionales del club, es impedir que se utilice al francés como carta electoral. Y que la Juventus sepa oficialmente que el Barça lo quiere fichar. Pero que nadie se engañe: atenderá igual al Manchester City o al PSG, por qué no al Real Madrid, cuando pregunten por él. Pogba tendrá la palabra.
Hombres de Bartomeu
Los dos enviados a la reunión con Beppe Marotta, director general de la Juventus, y Fabio Paratici, director deportivo del club italiano, son hombres del precandidato Josep Maria Bartomeu, aunque en teoría estén trabajando para la gestora que dirige el club hasta que haya presidente y que intenta seguir la planificación deportiva diseñada por Luis Enrique. Bartomeu sabe que la batalla por el poder con Joan Laporta se puede decidir por pequeños detalles, como intentar vender el fichaje de Pogba como inminente.
Eso es lo que comenzaba a hacer Laporta recordando una y otra vez su amistad con Mino Raiola, representante del francés, y presumiendo de la gestión en la operación de su apuesta como director deportivo, Éric Abidal, compatriota del crack de la Juve. Ahora Laporta tendrá que buscar otro caramelo porque la Juventus ya ha dejado claro que hasta la 2016-17, nada de nada.
Lo más curioso del contenido de esta reunión Barça-Juventus en un restaurante de Milán en la que sospechosamente (para Bartomeu hubiese sido como tener a un espía de Laporta) no participó Mino Raiola, agente de Pogba, es que otro precandidato, Agustí Benedito, segundo en las elecciones de 2010 tras Sandro Rosell, lleva dos semanas explicando cómo intentó atar a Pogba hace un mes como baza electoral: «Hablamos con el entorno del jugador y el presidente de la Juventus y nos quedó claro que el precio de salida, 80 millones de euros, era una cifra muy elevada para un jugador que prefería esperar a la 2016-17 debido a la sanción FIFA que le impediría debutar hasta enero. Sus pretensiones, además, rebasaban la franja salarial que tenemos pensada y la operación hubiese supuesto una inversión de 200 millones de euros».
Al mismo tiempo, un jugador menos mediático, el centrocampista brasileño Gerson, de 18 años, también ha sido el motivo de una extensa reunión en Brasil. Raül Sanllehí, director de fútbol, y Néstor Amela, director financiero, han acompañado al agente del Barça en aquel país en una cumbre con el Fluminense. El club ya se aseguró en su día una opción preferencial por el prometedor jugador a cambio de 3,6 millones, pero ahora hay prisas porque la Juventus ha ofrecido 16 millones y el Barça tiene cinco días para igualar la oferta y llevarse ya al jugador u olvidarse de él.
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