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P. Ríos
Jueves, 8 de enero 2015, 00:11
Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona desde hace casi un año (23 de enero de 2014) tras la dimisión de Sandro Rosell, convocó este miércoles elecciones anticipadas para el final de la presente temporada, aunque su junta directiva no estaba obligada a hacerlo hasta el verano de 2016. El motivo esgrimido, en plena crisis institucional y con el vestuario intentando limar asperezas entre Luis Enrique y Leo Messi, es «rebajar la tensión desproporcionada que se ha generado alrededor del club y que no se ajusta a la realidad». En las últimas horas, varios de sus vicepresidentes le instaron a convocar elecciones en busca de una calma temporal que dependerá de los resultados.
Bartomeu avanzó que se presentará a unos comicios a los que no faltarán Agustí Benedito, segundo candidato más votado en 2010, y en los que se espera a Joan Laporta, ahora regidor en el Ayuntamiento de Barcelona por el grupo político Democracia Catalana. Aparecerán nuevos nombres, pero durante la campaña no se podrá utilizar ningún fichaje espectacular inminente, porque el club no puede contratar jugadores hasta enero de 2016 debido a la sanción de la FIFA ratificada por el TAS. Con Pep Guardiola feliz en el Bayern, otro reclamo imposible, el candidato que pueda garantizar la continuidad y la implicación de Leo Messi en el club azulgrana tiene todos los números para convencer a los socios. Y lo único seguro a día de hoy es que esa persona no será Bartomeu ni nadie de su junta. El delantero argentino los tiene a todos contra las cuerdas. La directiva percibe que su pulso a Luis Enrique y su coqueteo en las redes sociales con el Chelsea son señales que no se pueden pasar por alto. Su relación con el crack, que no se siente respaldado como antes, es nula. Y esta junta no quiere pasar a la historia como la que no supo retener a la leyenda viva del barcelonismo.
El todavía presidente azulgrana, en una comparecencia ya de por sí dubitativa en la que no convenció ni «la ruptura de relaciones institucionales con la FIFA mientras dure la sanción», no fue capaz de tranquilizar a los aficionados respecto al momento que vive el conflicto entre Luis Enrique y Messi. Sí desmintió «que el técnico presentara un expediente al jugador». «Lo hago porque esa es una información lanzada para hacer daño al club», justificó. Pero fue muy esquivo al ser preguntado por el pulso: «Las cosas entre ellos están bien, pero habría que preguntarles a ellos». E hizo equilibrios para no disgustar ni al entrenador ni al delantero: «Messi es el líder de este equipo y queremos que lo siga siendo. Está feliz. Lo noto en el campo. No es el de la temporada pasada. No hay tema sobre un posible traspaso. Está motivado e implicado. Y Luis Enrique está haciendo muy bien su trabajo y tiene contrato hasta 2016. Los proyectos no se hacen en pocos meses. No hay ninguna duda sobre él».
Más improvisación
Bartomeu, que había anunciado la rueda de prensa antes de una junta directiva para hablar de la destitución de Andoni Zubizarreta como director deportivo, acabó desconvocando la reunión de los directivos y aplazando el nombre del sustituto, dando la sensación de improvisación. «El nuevo director deportivo tendrá ADN Barça y se conocerá en los próximos días; no hay prisa», señaló, antes de basar el despido de Zubizarreta «en una pérdida de confianza». «No tiene nada que ver con la sanción de la FIFA ni con sus palabras del domingo. Guardiola lo pidió en su día, yo lo fiché y yo soy ahora el que le comunica que se rescinde su contrato. Son ciclos», aseguró. Parece evidente que Eduardo Macía (Fiorentina) no ha querido aceptar a pecho descubierto un cargo que en este momento es un marrón y se intentará acabar el curso con alguien de la casa de forma temporal. ¿Quién valorará entonces un posible adiós de Luis Enrique o un relevo en el caso de que el asturiano dimitiera, una posibilidad real dada la situación con Messi? El presidente nombró una comisión de directivos para esos casos con escaso conocimiento del fútbol como deporte que se apoyaría en la experiencia de los exjugadores que trabajan para el club. Más improvisación. Sí reveló Bartomeu: «Puyol ya me dijo hace semanas que tenía proyectos y que se iría del Barça en enero, pero seguro que volverá un día».
Bartomeu, que no acudirá el lunes a la Gala del Balón de Oro dentro de esa ruptura de relaciones con la FIFA, contestó preguntas durante más de una hora, pidiendo respeto a los candidatos a la presidencia para que el equipo no sufra la inestabilidad. Será difícil, porque hasta final de temporada varios temas recobrarán protagonismo: el patrocinio de Catar, el nuevo contrato con las televisiones, el nuevo Camp Nou. La campaña ya ha empezado.
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