El Lealtad malgasta otra oportunidad

El duelo clave para el Lealtad ante el Coruxo no podía haber tenido un desenlace más cruel. El equipo vigués se adelantó en el marcador mediado el primer acto gracias a un penalti transformado por Silva, pero el Lealtad llegó a creer en la victoria tras el empate de Gabri Salazar a dos minutos para que se cumpliese el tiempo reglamentario. El gol de Chevi en el añadido desató la euforia local, y condenó al conjunto de Villaviciosa, encomendado ya a una carambola en las dos últimas jornadas para no descender a Tercera.

El partido se le empezó a complicar muy pronto a Clemente Sánchez, que a los 13 minutos tuvo que dar entrada a Jorge Sáez en sustitución del lesionado Juan Mera. Llegaron a continuación los mejores minutos del Coruxo, que primero avisó con un remate de Silva bien despejado por Mateusz y después golpeó tras un claro penalti por mano de Iriondo a envío de Manu. El lanzamiento corrió a cargo de Silva, que disparó duro y a la escuadra.

El gol obligó al Lealtad a exponer más y el conjunto vigués acumuló varias ocasiones para abrir brecha. En el minuto 29, una acción personal de Álex Ares obligó a Mateusz a detener su violento disparo de forma poco ortodoxa. El guardameta fue incluso más determinante al volar para despejar una gran volea de Silva.

El equipo maliayo se quitó poco a poco la presión y acabó el primer tiempo en campo contrario. Tras una falta lateral, el balón le llegó en el corazón del área a Unai Hernández, que en cuanto giró se encontró con la rápida reacción del meta Alberto.

No se rindió el Lealtad, que obligó a su rival a echarse atrás y encontró su premio al límite del tiempo. Fue, cómo no, en una falta ejecutada por Iriondo y prolongada por Saha en el área para facilitar el remate final a bocajarro de Gabri Salazar.

Ya en el tiempo añadido, y con el equipo visitante en inferioridad numérica tras la expulsión de Juan López, una transición acabó en el definitivo 2-1 gracias a la lucha de Aitor Aspas y al acierto de Chevi, que batió a placer a Mateusz.