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El Lealtad asciende a Segunda B tras la suspensión definitiva de la fase adicional

La Federación Española subraya su idea de iniciar las competiciones «lo más pronto posible» y la supedita al visto bueno de las autoridades

Martes, 11 de agosto 2020, 01:37

Asturias tendrá a seis representantes en Segunda B la próxima temporada. Al Langreo, el Marino y los filiales del Sporting y el Oviedo se les unen el debutante Covadonga y el Lealtad, que celebró ayer el ascenso tras la decisión adoptada en el ... epílogo de la reunión entre Luis Rubiales y sus homólogos de las territoriales.

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La Comisión Gestora de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tomó la determinación de otorgarle plaza en la categoría de bronce a los cuatro equipos que integraron la fase adicional del 'play off' de ascenso, suspendida a escasas horas de su comienzo al detectarse varios positivos por COVID-19 en el seno del Marino tinerfeño. La RFEF justificó esa medida por «la imposibilidad de encontrar fechas para disputar los partidos que habían sido programados y por un principio de prudencia sanitaria ante los rebrotes de las últimas fechas».

De esa forma, el campeón de los dos últimos cursos en el grupo del Principado en Tercera recogió el fruto de su perseverancia y dio el salto de categoría en la gran decisión en firme tras la reunión con epicentro en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, que desembocó en la ampliación de la Segunda B a 102 equipos la próxima campaña. Un curso todavía sin fecha fija para su comienzo, aunque con la intención de que sea «lo más pronto posible», como afirmó ayer la Federación presidida por Luis Rubiales en el comunicado emitido después de la cumbre entre dirigentes.

En ella se acordó por unanimidad que las territoriales concreten con sus respectivas Comunidades Autónomas «los requisitos esenciales y mínimos» para que las competiciones se puedan poner en marcha. La RFEF, que señala la conveniencia de iniciar «las competiciones oficiales de manera urgente en las próximas semanas», descarta la posibilidad de postergar ese comienzo hasta «el mes de enero o más adelante». Con un primer esbozo para alzar el telón el último fin de semana de septiembre, ayer se matizó que la intención federativa es que los equipos conozcan la fecha exacta con al menos treinta días de antelación y una vez que exista «un protocolo nacional aprobado por los poderes públicos competentes».

El organismo que preside Luis Rubiales aboga por la elaboración de un «plan transversal» que otorgue las garantías «sanitarias y jurídicas» tanto a los deportistas federados como a los clubes y los organizadores. En sintonía con sus homólogas nacionales de otros deportes de equipo, ha solicitado una reunión de urgencia «con las autoridades competentes para conocer el marco de garantías sanitarias y jurídicas», que tendrán que dar ese visto bueno al plan para el inicio de las competiciones.

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«Tenemos que dar pasos»

En el seno de las entidades asturianas que compiten en Segunda B se comparte esa necesidad de avanzar para clarificar el escenario que permita el regreso a los terrenos de juego. «Tenemos que ir dando pasos. Dentro de la tranquilidad que hay que tener y siempre respetando la visión de las autoridades sanitarias, cuando primero se comience, mejor», asegura el presidente del Marino, Luis Gallego, que recuerda que «mucha gente se está jugando el pan».

El máximo mandatario del club gozoniego pide «un protocolo más sencillo que en Primera y Segunda División» y asegura que sus jugadores volverán a calzarse las botas cinco semanas antes de la fecha fijada para el pistoletazo de salida de la competición, que estima entre finales de septiembre y mediados de octubre y espera que pueda llegar con una parte de público en las gradas. «Guardando las medidas de distancia de seguridad y con todas las precauciones posibles se podía emplear un porcentaje de aforo», sostiene.

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«Con un 30%, en Ganzábal cubrimos la demanda de los socios», defiende también el presidente del Langreo, Víctor Fernández-Miranda, que confiesa que el encuentro de ayer no le sirvió para despejar varias incógnitas que continúan planeando respecto a la planificación de la próxima campaña. «La reunión no me aclaró nada. A lo mejor la respuesta que pretendíamos los clubes no nos la podían dar todavía, pero queríamos tener una fecha aproximada del inicio de la temporada y saber algo más del tema de público, porque sin público creo que no podemos jugar», señala el dirigente langreano, que considera que tras tanto tiempo de inactividad su equipo necesitará «de seis a siete semanas de pretemporada» y tenía claro que postergar el inicio hasta el próximo año sería algo inviable: «La Segunda B y la Tercera generan mucho empleo y no se podía parar hasta diciembre. Sería una ruina».

En la cúpula del Covadonga la reunión de ayer entre los dirigentes del fútbol español se interpretó «como un mensaje de tranquilidad y de responsabilidad». «Se está trabajando para empezar lo antes posible, pero sin cometer el error de precipitarse y que se traduzca en un riesgo para la seguridad sanitaria», arguye Curro Cabal, máximo mandatario de la entidad ovetense. El presidente es optimista de cara a los plazos iniciales de la campaña de su debut en Segunda B, la categoría a la que regresará tres años después de su última presencia el Lealtad.

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El premio a la regularidad

El club de Villaviciosa, que encadenó en los dos últimos campeonatos ligueros sesenta y seis duelos consecutivos invicto, consiguió un ascenso de forma peculiar para cerrar una temporada insólita. «Es la culminación de tantas cosas extrañas. Se hace muy raro, pero mereció la pena esperar tanto tiempo y recompensa un poco todo lo que sufrimos y lo que pasamos. Es el premio gordo al que aspirábamos todos», señala el entrenador del cuadro 'negrillo' Clemente Sánchez, que considera el salto de categoría el broche a «dos Ligas impresionantes».

«El mérito del equipo es increíble. También del cuerpo técnico que estuvo y del que está», expone Fran Cabal, que llegó a la presidencia del Lealtad en la última semana del pasado mes y destaca el rol decisivo de su antecesor en el cargo. «Pedro (Menéndez) es el mayor responsable de este crecimiento», le elogia, consciente de que la meta alcanzada ayer culminó un proceso en el que los maliayos se quedaron más de una vez con la miel en los labios.

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«Lo deseable era conseguirlo en el campo, pero nos compensa ese sinsabor de quedarnos con el pie en el autobús para ir a disputar el partido. No creo que se pueda decir que es inmerecido porque la trayectoria del equipo hasta el parón había sido impecable», concluye Clemente, que emuló desde el banquillo su logro de hace dos décadas desde el eje de la zaga.

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