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Como un seísmo, la crisis sanitaria ha hecho tambalear los cimientos económicos de la industria del fútbol. Las previsiones de la Liga en vísperas del estado de alarma calculaban 1.000 millones de euros de pérdidas con la cancelación de la temporada. Para intentar disminuir la otra pandemia, la económica, Javier Tebas ha llevado a cabo un plan de contingencia sin precedentes. El fútbol se convertirá en un espectáculo televisivo y los estadios en inmensos teatros. Solo para los protagonistas y empleados esenciales. Nada más. Salvo nueva orden del Gobierno que, de momento, no se espera.
Cuando el balón ruede en El Molinón en el derbi, se permitirá un máximo de 209 espectadores. En 2018, llegó a tener 27.506 aficionados. La 'nueva normalidad' salvaguarda la viabilidad del negocio. Pero no tapa el boquete alrededor de una industria que genera 185.000 puestos de trabajo, 4.100 millones en impuestos y una facturación equivalente al 1.37% del PIB nacional.
El Sporting estima que la pandemia le supondrá una reducción en sus ingresos entre 8 y 10 millones. La ausencia en las gradas dejará una imagen inédita –El Molinón promedia más de 17.000 espectadores, además, un 5% del aforo es para asistentes foráneos–. Y un tremendo revés en la economía. Los especialistas aseguran que las medidas impuestas provocarán un agujero económico millonario sobre el consumo previsto antes del COVID-19. Un informe de la patronal de hostelería y turismo de Asturias (Otea), estima que el ascenso del Oviedo a Segunda retribuía un impacto directo de 4,3 millones de euros sobre la ciudad.
Gijón. «Volver es ganar». Esta frase, que sirve para ilustrar el sentir general del mundo del fútbol, la suscribe Javier Fernández, presidente del Sporting, satisfecho porque ese ansiado regreso «alimenta la esperanza de una vuelta a la normalidad de la sociedad en su conjunto». Tres meses después del último partido en El Molinón, el Sporting encara la vuelta de la competición y lo hace con el objetivo de conseguir, según sus palabras, «una segunda oportunidad» que sería entrar en los puestos de 'play off', lo que permitiría alimentar el sueño del ascenso. Asegura que un arranque positivo en este trayecto, compuesto por once jornadas, será «fundamental» en la pelea por el objetivo. Alude a un modelo «atípico de competición» que pondrá al límite «la calidad de las plantillas y las condiciones de los futbolistas». «Todos van a ser importantes durante este mes largo e intenso, sin apenas tiempo para la recuperación física y anímica», subraya.
No pasa por alto el presidente rojiblanco, las complicadas semanas que han quedado atrás y que dejan, recuerda, «historias dramáticas y muchas familias destrozadas». Un contexto al que no es ajeno el fútbol. Solo desde el entendimiento, afirma, se han puesto las bases para la vuelta del deporte, un regreso que se canaliza a través de protocolos que «garantizan la seguridad de todos». Admite que esta vuelta del fútbol es inusual. «Nada será igual a la situación que había tres meses atrás, resume. Fernández lamenta la ausencia de los aficionados en los partidos durante este periodo. «Todos deseamos que sea una medida transitoria y corta», explica al tiempo que expresa la necesidad de todos de «ceñirse a los dictámenes que establecen las autoridades» como un paso fundamental para llegar a la «anhelada normalidad». Destaca, además, el homenaje que el fútbol brindará a todos los que han ayudado a combatir al COVID-19 a través del 'aplauso infinito' que se realizará en el minuto 20 de cada partido.
Estas perdidas ya se están notando desde que se decretó el estado de alarma. Pero algunos negocios dependientes en gran parte del consumo de los aficionados continuarán con el freno de mano echado, aunque haya vuelto la Liga o con un escenario radicalmente distinto al anterior.
«La perdida va a ser imposible de recuperar. Son miles de euros y puestos de trabajo que tampoco podré ocupar. Normalmente para el derbi asturiano éramos doce trabajadores por la alta demanda. Ahora seremos dos o tres», explica Manuel Azcona, de Espicha Park, situado a cien metros de El Molinón. Y que ve agravada su situación, este negocio se había convertido en un punto de encuentro para los aficionados en la previa y después de los partidos. «No tenemos instalación de televisión. Para nosotros el daño es máximo», expone.
Este vacío echa por tierra muchos empleos temporales: acomodadores, taquilleros, personal de seguridad... Y deja decenas de personas en una situación de máxima precariedad. Como los puestos de venta ambulante. En los aledaños a El Molinón hay veinte puestos. «Somos veinte familias que comen de estos ingresos y que llevamos meses sin meter un euro en casa. La situación es muy dura para todos. Tampoco sabemos cuando podremos volver», expone Deborah Álvarez Salazar, que regenta un puesto de gominolas y que otros años veía en la previa del derbi una de las tardes más éxito.
Los servicios de comunicaciones públicos y privados restringirán su actividad. Emtusa reforzaba los servicios días de partido con 22 autobuses adicionales y distintos itinerarios para comunicar el estadio con distintos puntos de la ciudad.
Oviedo. «El Real Oviedo afronta once partidos claves en su lucha por eludir el descenso. Sin apenas margen de error, el club reclama «unión» para alcanzar la meta al final de la temporada. Manolo Paredes, vicepresidente de la entidad, lamenta los problemas de salud de Jorge Menéndez Vallina, presidente oviedista. «Todos estamos pendientes de su evolución, dándole fuerza y ánimo, esperando que se restablezca y vuelva con nosotros», asegura Paredes, en declaraciones a este periódico. Palabras de reconocimiento dedica también al Grupo Carso, cuyo apoyo cataloga de «fundamental y determinante» para mantener el «equilibrio económico», evitando que la entidad tuviera que recurrir a ERTE o hacer reducciones salariales. No obstante, asume que las consecuencias de este periodo, complejo en todos los sentidos, se dejarán notar en la economía del fútbol a corto plazo.
El conjunto azul, afirma el vicepresidente, tiene en el Grupo Carso a uno de dos pilares sobre los que se sustenta. El otro es la afición. A lo largo del confinamiento, ha intentado estar al lado de sus seguidores «a través de la ventana que suponen las redes sociales» para hacer más «llevadera» una crisis «que ha afectado al fútbol como al resto de sectores sociales». Entiende el Oviedo que el fútbol sin afición en los estadios es «frío», aunque no renuncia a nada en este sentido y ha mostrado su deseo de que los seguidores puedan volver esta temporada al Tartiere. «Estaremos pendientes de lo que decidan las autoridades sanitarias», apostilla.
Paredes tampoco se olvida de las graves consecuencias sociales de la pandemia y todos los sufrimientos que ha acarreado, otorgando un especial reconocimiento a los que han luchado en primera línea, «arriesgando su salud».
Ahora toca pensar ya en el balón y conseguir el objetivo de la salvación. «La meta es lograr la permanencia, nada nos puede distraer, hay que hacer un esfuerzo común y de todos para conseguirlo. Seguro que el equipo lo va a dar todo para conseguirlo en cada partido. Ánimo y confianza para dar alegrías a nuestra afición», asegura.
El servicio 'Directo a El Molinón', impulsado por el club para conectar las peñas desde distintos puntos de Asturias con el estadio, se ha congelado. Luis Ibias regenta 'Ibias Tour'. Miembro de la peña sportinguista Vegadeo y chófer del autocar que cruza la región para ver al Sporting. «Perderé sobre ocho mil euros porque ni se harán los viajes a Gijón ni los que solíamos hacer fuera de casa. El golpe económico es terrible», explica.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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