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Relegado a la parte baja de la tabla desde el inicio del campeonato, el Sporting B vive una temporada complicada a nivel clasificatorio, pero los técnicos de Mareo asumen ese peaje ligado a la bisoñez de su plantilla para que los canteranos comiencen ... a foguearse y eleven su nivel competitivo durante un curso de estreno para muchos. «Sabemos que eso es un riesgo, pero el club asume que quiere formar jugadores y la juventud pasa por exponerlos a situaciones exigentes, como es esta competición, porque quiere que esos vayan madurando y piensan en ellos como futuribles del primer equipo», ha argumento este mediodía el entrenador del filial rojiblanco, Sergio Sánchez, que el pasado domingo en El Requexón hizo debutar a Álex Oyón, décimo futbolista en edad juvenil que ha vivido su bautismo en Segunda B durante este curso.
«Están viviendo una función que es la de sostener a la de plantilla del filial. No se les ha dado ese rol de protagonismo que quizás no correspondería a su etapa formativa, pero todos están sumando», ha señalado el técnico de Carbayín Alto, que ha hecho hincapié en que la juventud «implica pasar apuros por el otro objetivo, que es el de ofrecerles un contexto muy cercano a lo que se puedan encontrar si ascienden al primer equipo», pero cree que debe ser compensado mirando a un objetivo enfocado más en el largo plazo. Para ello, ha empleado un símil musical. «Seguimos en esa idea de seguir sumando presentaciones musicales de un grupo sinfónico que va a ser muy bueno de aquí a unos años», sostiene el exguardameta, que a pesar de que su equipo ha enlazado tres partidos sin ganar valora las cosas positivas que están haciendo sus jugadores.
«La sensación del juego es muy buena. No se ha visto traducida en puntos porque los puntos los consiguen los goles», ha asegurado antes de argumentar que «la mayor parte» de esos tantos «no son hijos del buen juego» y están ligados a la calidad individual de los jugadores o errores del rival. En ese sentido, se ha mostrado satisfecho por el comportamiento de su equipo el pasado domingo en el derbi de filiales, en el que, a su juicio, gobernaron el partido en 85 de los 95 minutos. «Tenemos una fase de diez en la que el rival empuja y consigue marcar un gol», ha lamentado el excancerbero, que insta a seguir en ese camino, contento con la propuesta de «ser agresivos en la presión» y «elaborar el juego desde atrás para conseguir ventajas» que les lleven «a posiciones de finalización». «En eso es en lo que creemos y en lo que vamos a seguir insistiendo», ha apostillado a las puertas de encarar el penúltimo encuentro de la primera fase el domingo en Miramar (17 horas) frente al Marino, un rival para el que no ha escatimado en elogios.
«Conozco a muchísimos jugadores porque he sido compañero de alguno de ellos como futbolista, a otros los he entrenado en sus diferentes etapas de formación aquí y fuera de aquí. Son un grupo de futbolistas extraordinario y un grupo de personas extraordinario», ha asegurado el técnico rojiblanco, que ha destacado el cambio de dibujo para jugar con tres centrales desde la llegada de Manel al banquillo luanquín y el «fantástico» centro del campo marinista. «Va a ser un encuentro cargado de emociones a nivel humano y futbolísticamente vamos a ver un encuentro muy bonito», ha augurado el técnico de Carbayín Alto, que cree que los jugadores a sus órdenes han vivido «una evolución lógica dentro de su etapa formativa». «Antes lo raro era perder y ahora, como la exigencia ha crecido, lo difícil es conseguir victorias», ha recordado el exportero, esperanzado en que sus futbolistas «van a acabar en un momento tremendamente bueno a final de temporada».
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