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GUILLERMO B.
Sábado, 30 de enero 2021, 02:43
Julio Alberto fue un futbolista glorioso por su facilidad para el regate y su reflejo rápido para hacer incursiones en la banda. Un estilo muy personal, el suyo, que le llevó a formar parte de la Selección Española de aquellos años de abundancia que fueron los ochenta. Por eso, nadie podría imaginar que, a sus 62 años, el candasín, al que vitoreaban miles de personas, se embarcara en el proyecto de una entidad centenaria como el de la Deportiva Piloñesa, pero que navega por la Primera Regional, aunque quiere emerger en el fútbol asturiano. Además, su actividad, por el momento, al igual que la mayoría de clubes de Asturias, se encuentre parada debido a la situación epidemiológica.
Aquel centelleante lateral del Atlético de Madrid y el Barcelona se muestra tranquilo mientras habla. Uno de los futbolistas asturianos con mejor currículo, con 269 partidos en Primera e internacional absoluto, se sube a la Piloñesa como su nuevo director deportivo.
Julio Alberto se asentó en Asturias ya hace cuatro años y, aunque se crió en un pueblo costero como Candás, optó por instalarse en una zona de montaña. «Es lo que verdaderamente me gusta», asegura. Actualmente reside en la parroquia de Villamayor, en el concejo de Piloña, en una vivienda que alquiló periódicamente durante algo más de una década. «Venía para escribir libros, preparar conferencias... Es un sitio privilegiado. Ahora vivo aquí con una de mis tres hijas y con tres pastores alemanes», explica el exfutbolista.
Allí entabló relación con el alcalde de la parroquia, Andrés Rojo, y con el presidente de la Deportiva Piloñesa, Juan Ramón Echevarría. «Me propusieron echar una mano y a mí me encanta la idea de poder colaborar y ayudar a los entrenadores, a los jugadores...», dice. Por la situación epidemiológica no ha podido iniciar aún su colaboración con el club, en el que desempeñará la función de director deportivo. Un cargo que compaginará, no obstante, con su vida profesional, ya que Julio Alberto cuenta con una empresa de fútbol que ofrece «servicios de asesoramiento para clubes, proyectos de formación para fútbol base... Pongo mi experiencia a su servicio».
Esta será su primera experiencia en un club no profesional después de una exitosa carrera deportiva. Primero, como futbolista y, luego, en un gran club como el Barcelona. A pesar de esto, dice sentirse muy ilusionado y asegura que «si me plantean un proyecto y no me gusta, no lo hago. Necesito enamorarme de las cosas». Cree que con su llegada a la Deportiva Piloñesa rememorará el fútbol de antes. «El presidente, el entrenador, los jugadores, yo... Todos tenemos nuestro trabajo. No es un tema de dinero, pero me parece muy bonito compartir fútbol con la cara más pura del fútbol», dice.
Julio Alberto pasó su niñez en Candás e hizo sus pinitos en las categorías inferiores del club candasín, aunque muy joven se mudó a Madrid. Su primer equipo federado fue el juvenil del Atlético. Con el club colchonero llegó a jugar tres temporadas en el primer equipo, con un año entremedias en el Recreativo. En verano de 1982, con 23 años, fichó por el Barcelona, en el que desarrolló el grueso de su carrera. Estuvo nueve temporadas y fue titular indiscutible en el lateral izquierdo durante las seis primeras. En Barcelona ganó dos títulos de Liga, tres Copas del Rey, una Supercopa de España y una Recopa de Europa. Y compartió vestuario con figuras como Quini, Maradona, Alexanco, Marcos Alonso, Schuster, Carrasco, Zubizarreta, Eusebio, Laudrup, Salinas y Koeman, entre otros.
Miguel Muñoz lo convocó para la Selección Española y su primer partido oficial fue ante Rumanía (1-1) en la fase de grupos de la Eurocopa de Francia de 1984. Fue un asiduo con la absoluta y también participó en el Mundial de México 1986.
Finalizó pronto su carrera como futbolista, a los 32 años, en la temporada 1990-91, aunque en 2005 volvió a reengancharse al mundo del fútbol. Julio Alberto sacó el título de entrenador nacional con figuras como Pep Guardiola, Luis Enrique, Sergi, Nadal, Alkorta, Martín Vázquez, Julio Salinas, Cuéllar... «Cuando acabamos el curso todos querían entrenar al juvenil o al filial para llegar pronto al primer equipo. Vi tanta gente llamando a la puerta para entrenar que opté por hacer un máster de gestión deportiva que me regaló Johan Cruyff».
Poco después regresó al Barcelona, donde coordinó la Fundación y dirigió las escuelas internacionales. Estuvo casi siete años en este último cargo hasta que decidió dejarlo hace cuatro años para regresar a Asturias, «tenía ganas de volver porque llevaba quince años viajando sin parar. Me pasé muchos años yendo a China, Corea, Japón, Centroamérica... Y quería estar cerca de mi familia».
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Lucía Palacios | Madrid
María Díaz y Álex Sánchez
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