Futbolistas en el punto de mira de los atracadores

Le han robado en su domicilio en Madrid y en su chalet de Almería.

Suya es la villa en Ibiza donde se ha cometido el mayor atraco a deportistas, con su nombre en una libreta de la banda.

Vivía con Shakira cuando una banda georgiana, capturada luego, entró en su domicilio de Barcelona.

El portugués llevaba dos años viviendo en Barcelona, una de las ciudades con mayor índice de estos robos.

El francés jugaba en el Bernabéu y salió de su vivienda sin poner la alarma. Se llevaron 12 relojes de lujo y joyas.

Estaba en una concentración en Milán para un partido de Champions cuando reventaron su caja fuerte.

En el derbi contra el Sevilla atracaron su casa y la de su compañero William Carvalho.

Estaba en casa con su mujer y sus dos gemelos recién nacidos cuando fueron atracados a mano armada.

En dos meses entraron a su casa en dos oportunidades y se llevaron unos 100.000 euros.

Residía en el verano en la casa de Ronaldo Nazario de Ibiza, y le sustrajeron tres millones de euros en joya.

El caso más violento hasta ahora, el jugador fue agredido en la cara para que abriera la caja fuerte

La vez más reciente jugaba contra el Elche, y la anterior pisaba el césped contra el Barça.

En pocos días se llevaron otros cuatro coches, antes de entrar por una ventana abierta para sustraer efectivo y joyas como anillos, colgantes, broches, cadenas y pendientes. Era éste el atraco que finalizaba una especie de entrenamiento. Pulían la forma de observar a sus víctimas, afianzar la confianza en el grupo, repasar rutas de escape, conocer las calles de las zonas residenciales donde viven sus objetivos, asegura una fuente. Las células están formadas por entre tres y cinco individuos, no suelen actuar todos a la vez y uno siempre hace de conductor y vigilante. Se mueven a distintas horas, desde el mediodía hasta la madrugada.

El último día de septiembre de 2019, la banda de atracadores de futbolistas que por los antecedentes de robo con violencia su líder ya era vigilado por las autoridades españolas- dio el gran golpe en una de las zonas más caras de Madrid, Boadilla del Monte. Era la casa de Thomas Parley, centrocampista que jugaba en ese momento en el Atlético de Madrid. Se les atribuye también, aunque no entraron en la causa, el robo a Isco Alarcón y a Álvaro Morata.

De manera general, los ladrones actúan en varios países, cuentan con documentos falsos, viven en pisos francos y se mueven con regularidad. Los detenidos en los últimos años se sabían bajo sospecha y activaban una «contravigilancia» para pasar bajo el radar, indica la Policía Nacional a partir de la detención esta semana de otro grupo criminal, compuesto por tres georgianos especializados en atracar viviendas por la fuerza.

Con los jugadores cuyos hogares han sido violentados se podría hacer un equipo mundialista: Gerard Piqué, Casemiro, Raphaël Varane, Jordi Alba, Thomas, Arthur Melo, Samuel Umtiti, Nelson Semedo, Kevin Prince Boateng, Isco, Marco Verratti, Samu Castillejo, Lucas Vázquez, Pierre-Emerick Aubameyang, Joaquín, William Carvalho, Gabriel Paulista, Funes Mori, Iago Aspas, Emre Mor, Ansu Fati, Álvaro Morata, Luis Suárez y Karim Benzema. En el cuerpo técnico estaría Zinedine Zidane y de presidente Ronaldo Nazario.

Pero pudieron ser más, si la seguridad privada y en algunos casos los familiares y vecinos no hubieran frustrado los asaltos, como en los casos de Santiago Solari, Suso, Dani Carvajal, Ezequiel Garay y Geoffrey Kondogbia. Los botines denunciados por los afectados van desde los 100.000 euros que reconoció Aspas hasta los tres millones de Verrati, según las denuncias.

No son hechos casuales. La hora de los asaltos coincidía, en varios casos documentados, con un partido oficial y en junio trascendió, al caer otra banda de atracadores de los chalets de estas celebridades, que la Policía Nacional había incautado una «libreta» con nombres y direcciones de sus objetivos, pasados y futuros, la mayoría futbolistas en urbanizaciones exclusivas de Valencia, Madrid, Barcelona, Vigo, Sevilla e Ibiza.

«Somos un objetivo fácil», aseguró a principios de este mes Carvajal después del intento de asalto a su mansión en una urbanización madrileña con seguridad privada y cámaras de vigilancia 24 horas. «Saben cuándo jugamos, cuándo no. Ha habido compañeros que lo han pasado mal. A bastantes les entraron en un aluvión de robos que hubo hace un par de años».

En varios otros atracos a las casas de los deportistas, se atestigua que el modus operandi es idéntico, gracias a las cámaras de seguridad. Los delincuentes llegan en un automóvil robado y con matrícula alterada, aguardan a que no haya testigos en la calle, saltan rejas y muros, llegan al jardín, buscan ventanas o puertas abiertas o las rompen, y entran.

Dentro de las casonas despliegan toda su destreza criminal. Como en la casa de Thomas, buscaron la caja fuerte, que estaba dentro de un armario, la desencajaron y se la llevaron. En la huida abrieron y vaciaron la caja fuerte, luego la tiraron en un descampado. Había dos Rolex, 2.500 euros, prendas de oro, anillos de brillantes y las medallas de campeón de la Copa UEFA y de la Supercopa de Europa y una de subcampeón de Champions League. También se llevaron unas Rayban -tienen cierta debilidad por toda clase de gafas de sol- y el pasaporte del jugador ghanés. Un gran botín.

En las casas de los futbolistas se han llevado, según información judicial, collares, pendientes, colgantes y anillos de oro, diamantes y otras piedras preciosas, dinero en efectivo y colecciones de relojes de alta gama. «Las apariciones públicas de los futbolistas, que seguro compran las mejores joyas, pueden ser un reclamo para los cacos», indica Virginia Bauzá, directora de Tasación del Instituto Gemológico Español. «Viendo las fotos se puede tener una idea de su valor aproximado por la marca o los quilates. Un diamante de una calidad estupenda de un quilate puede andar por los 19.000 euros de precio base, pero puede haber pendientes de tres quilates. En una sortija hay mil combinaciones y puede estar con rubíes, esmeraldas y otros brillantes. Los futbolistas seguro compran las mejores, pero las joyas están para lucirlas, como los relojes y los coches. Exhibirlas no justifica que te las roben».

Lo usual es que los futbolistas, como los coleccionistas de arte, tengan estas propiedades aseguradas. «Si el valor está por encima de los límites máximos de las pólizas de hogar se debe contratar una específica para altos patrimonios», sostiene Eugenio Sainz, gerente de Consumidor y Motor de la correduría de seguros Marsh España. «Si los objetos se encuentran detallados en la póliza, la aseguradora indemnizará ese valor».

Lo más caro: los relojes de alta gama como Rolex, Vacheron Constantin y Patek Phillippe, o las piezas firmadas de Cartier, Van Cliff, Cardiff, Lalique o Tiffany, «incrementan muchísimo el valor de las joyas», mantiene Bauzá.

Otra organización criminal detenida este verano estaba integrada también por albaneses y su gran operación la hizo en Ibiza, en la villa del exjugador brasileño Ronaldo Nazario -ahora dueño del Valladolid-, mientras el centrocampista italiano Verrati celebraba una barbacoa en el jardín. Sólo en uno de los bolsillos del ladrón iba un reloj con diamantes con un valor de mercado que se acerca al medio millón. Para sus crímenes, estas organizaciones llevan palanquetas, destornilladores, mazas, walkie-talkie. No suelen llevar armas pero sí drogas. El líder es «consumidor de larga duración de estupefacientes», indica la sentencia del año pasado de la Audiencia Provincial de Madrid y con una última instancia resuelta hace unas semanas.

El botín se lleva a mercados secundarios. La banda que asaltó a Thomas Parley tenía un cómplice en una joyería de la capital, aunque estos establecimientos deben cumplir con un registro de vendedores que se entrega a las autoridades. Un grupo de atracadores detenido esta misma semana llevaba las piezas preciosas a mercados de Francia, Alemania y Polonia, según la Policía Nacional. Se trasladan por carretera, escondidos en los airbags de coches alquilados, como comprobó la operación concluida en verano.

«Los relojes llevan numeración y son difíciles de reconvertir en otras piezas pero pueden tener un mercado negro, en el que se paga menos de un tercio de su valor», explica Bauzá. «En cambio los diamantes, una vez que han salido de sus joyas, es más complicado identificarlos, a menos que tuvieran un certificado gemológico único».

Por robar con fuerza en casas habitadas y pertenencia a grupo criminal a los asaltantes de Thomas y otros jugadores les condenaron a entre 19 meses y tres años de prisión, dictaba la jueza. A Thomas, cuya ficha era ya millonaria en esa época, le debían indemnizar con 2.500 euros. Por los robos cometidos unos años antes, al cabecilla, viejo conocido de las autoridades españolas, apenas le habían caído 18 meses.