«Mi forma de ser valiente es ni dilapidar ni especular con el dinero de los gijoneses»

El día de ayer fue intenso. El Grupo Orlegi y el Sporting emitieron un comunicado a primera hora de la mañana en el que negaban haberle pedido al Ayuntamiento que «firmara un cheque en blanco» a la FIFA, en referencia al acuerdo de obligada suscripción que el máximo organismo del fútbol mundial remite a todas las aspirantes a sedes. El texto está sujeto a diferentes interpretaciones y la del Gobierno local, apoyado por la Secretaría General municipal, es que supone que el Ayuntamiento tendría que afrontar unos gastos de organización de 50 millones de euros, además de ser responsable patrimonial ante cualquier eventualidad, también en las obras del estadio, estimadas en otros 150 millones de euros y aún sin plan de financiación. También que la firma del acuerdo es «vinculante». «Una administración no es una empresa. Hay ciertos riesgos que por responsabilidad con la ciudadanía no se pueden asumir», afirmó la alcaldesa.

La cuestión económica y financiera está en el centro del debate. Orlegi, que destaca haber puesto «todos los medios posibles» para conseguir la candidatura, niega que el diseño del plan de financiación sea una cuestión que solo competa a este grupo empresarial, por más que haya sido el impulsor de la candidatura. «Es responsabilidad de las tres partes», sostienen en referencia a ellos mismos, el Ayuntamiento de Gijón y el Gobierno del Principado y al protocolo firmado el pasado 8 de febrero.

La realidad que percibe la alcaldesa es que Gijón, «en este momento, está sola». «Nada sería tan satisfactorio como saber cuánto cuesto organizar el Mundial, quiénes lo vamos a pagar y de qué forma». Carmen Moriyón se mostró agradecida por el interés de las partes en tratar de avanzar en la viabilidad del proceso, «pero un año y medio después de que se iniciara esta aventura, el Ayuntamiento, que es el responsable del estadio, sigue sin saber quién la paga. Sin conocer algo tan básico es imposible aceptar las exigencias de la FIFA. Unas exigencias que si algo sale mal hipotecarían a la ciudad».

Orlegi siempre ha visto en el proyecto mundialista una forma de impulsar el crecimiento económico de Gijón y de Asturias, así como su «posicionamiento en todo el mundo». Además, sería una oportunidad para dotar a la ciudad de un «estadio moderno» un planteamiento que siguen defendiendo, destacando además que son esos los únicos intereses que les han guiado en este proceso.

La alcaldesa de Gijón, por su parte, no cree que la ciudad tenga una gran dependencia de un evento como en Mundial. «Seamos claros: el futuro de esta ciudad no depende de financiar un Mundial con dinero público. Gijón no depende de la FIFA, debe brillar con grandes eventos, pero sobre todo debe brillar por sí misma».

Carmen Moriyón apuntó además que los «fácil hoy en día en política es firmar, hacerse la foto y dejar el problema para más tarde. No es mi estilo, no es el de este Gobierno y creo, honestamente, que no es el estilo que debe marcar el futuro de Gijón».