«Al final Oli tuvo razón, el grupo necesitaba ver una cara nueva y Manel ha sido clave»

Todo un logro que, como siempre, tiene nombre y apellidos. Los primeros los de los futbolistas, que al fin y al cabo «son los que juegan», pero también los del presidente Luis Gallego, para muchos el mejor gestor deportivo del fútbol asturiano, y los del técnico avilesino Manel Menéndez, que fue capaz de cambiarle la cara a un equipo que no estaba ofreciendo buenas sensaciones.

«Estoy súper contento», reconoce un Gallego cuyo tono de voz poco tiene que ver con el que mostró en enero cuando tuvo que despedir en sala de prensa a un amigo como Oli Álvarez tras su dimisión. «Este era un año muy delicado por muchas cosas. Bajan demasiados equipos y conseguir ahora la salvación para nosotros es perfecto y no renunciamos a nada en la segunda fase. La idea es realizar otra hazaña, como la que hicimos consiguiendo 17 puntos de 27». Además, el presidente marinista recuerda que «Galicia se nos da mucho mejor que Castilla y León históricamente. La última vez que fuimos a Ferrol ganamos 1-2», sonríe.

«Al final Oli tenía razón», asume el mandatario, muy satisfecho también con el campo de Balbín. «Me dijo que había grupo para conseguir mejores resultados, pero que necesitaba ver otra cara y escuchar otra voz. Tres años y medio con el mismo discurso son demasiados». El problema era «encontrar esa nueva voz y siempre estaré agradecido al Mosconia por abrirnos los brazos. Dejaron marchar a todo su cuerpo técnico y me da mucha pena ver la situación en la que se encuentran ahora. Ojalá consigan salvarse».

De la misma opinión es Manel, el 'salvador' del Marino. «Nada de esto hubiera sido posible si el Mosconia no entiende la situación y nos deja salir para ayudar al Marino. A partir de ahí llegamos a Luanco con mucha ilusión y siempre piensas en lo mejor, pero es cierto que el reto tenía mucha dificultad».

Para el preparador avilesino, «el partido que marca un poco todo es el primero, frente al Numancia. Ganamos allí y después en Villaviciosa, donde no había ganado nadie en dos años. La gente empezó a creérselo y a partir de ahí crecimos mucho». Todo ello desde un sistema de tres centrales y dos carrileros que «ya habíamos utilizado alguna vez en el Praviano y el Mosconia. Necesitábamos encajar menos y a raíz de ahí fuimos mejorando sin balón y también con balón».

Manel no quiere pensar en el futuro, pero Luis Gallego deja claro que «se irá cuando él quiera, como pasó con Oli o Quirós». Por último, se acuerda de «los socios que retiraron su carné pese al coronavirus, sabiendo que iban a poder ver a su equipo en contadas ocasiones. Va por ellos».