Jueves, 28 de noviembre 2019, 00:08
Desde que tuvo que abandonar la concentración previa al choque de Malta al conocer la enfermedad de Xana, el pasado 26 de marzo, Luis Enrique se ha refugiado en su familia, el ciclismo, «un arma brutal para superar adversidades», y en la lectura. «Hemos leído mucho acerca del duelo y de situaciones que todos vamos a vivir, pero en otro orden. Hay mucho tabú, muchos miedo sobre el duelo. Es una pena no saber acercarse a las personas que sufren eso de la manera adecuada. No hay una regla exacta. Cada uno lo siente de una manera», dijo con los ojos vidriosos.
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Dijo que no hubo un día exacto en el que decidió volver a los banquillos, pero sí que notó muy rápido esa necesidad. «Pronto me di cuenta de que tenía ganas de volver a recuperar la vida y seguir haciendo lo que más me gusta, estar relacionado con el fútbol, competir y demostrar a mi familia que la vida continúa». Enérgico y seguro de sí mismo, Luis Enrique está de vuelta.
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