Un 'gallo' para proteger a La Roja

Vive en Manchester, con su pareja, Sara, una amante del baile, y un amigo bilbaíno.Pero porta en el corazón a la ciudad donde creció, maduró y se forjó como futbolista. Al Athletic llegó este seguidor del delantero Pauleta con quince años, procedente de una población gala situada cerca de Bergerac, a medio camino entre Toulouse y Burdeos. Le fichó Lezama con 15 años, y las normas de la Federación Española impedían que jugara en las categorías inferiores bilbaínas. ¿Qué se hizo? Se quedó en el Aviron, en Bayona (País Vasco francés), convenido del Athletic, y luego pegó el salto a la factoría vizcaína. Aquel año fue duro, con pocos minutos por unos problemas de espalda. Pero, desde ahí, corrió como nadie. Fue, con 18 millones, el juvenil con la cláusula más alta. Bielsa, en 2012, le reclutó para el primer equipo y nunca paró de crecer.

Zurdo, muy zurdo, sus primeros años los pasó en la residencia para jóvenes que tiene el Athletic. Sufrió. La lejanía. Algunos fines de semana le daban permiso para ir a casa. Otros no. Y se enfadaba. Era su carácter. También tuvo dificultades con el idioma. «No sabía nada de castellano», confesó. Acudió al colegio francés. Poco a poco, creció.

Eso provocó que los grandes equipos de Europa le metieran en su agenda. El Barcelona, el Chelsea, el City... Él se quedaba en Bilbao, donde también esperaba una llamada de Deschamps. Se produjo, justo en uno de los momentos que sonó para España. Pero no debutó. Otro golpe. Poco después, Guardiola le sedujo. 65 millones para el Athletic, del que es socio. Y él comenzó a ganar los títulos que en La Catedral se resistían, más allá de una Supercopa que birló al Barcelona. A Luis Enrique. Él le ha llevado a 'La Roja'. A priori, para ser titular. El reto no le asusta. Es un 'gallo'.