Los embajadores del fútbol asturiano en la élite

Dos gijoneses, un avilesino y un tevergano que se forjaron en las canteras del Sporting y el Oviedo, pero tuvieron que emigrar para asentarse en la máxima categoría del fútbol español. A centenares de kilómetros de sus lugares natales plasman las enseñanzas de años pasados en Mareo y El Requexón con otros colores mientras tres de ellos mantienen el apego a ese fútbol norteño que representa a Eibar y Osasuna.

El club navarro reforzó el pasado su curso su delantera con la creatividad y la inteligencia en los metros finales de Adrián López y el cuadro 'armero' volvió a unir en el verano de 2018 los caminos de Cote y Sergio Álvarez, dos canteranos sportinguistas que han echado raíces en Ipurúa. El pivote avilesino iniciará su tercera temporada a las órdenes de José Luis Mendilibar con el propósito de seguir aumentando su protagonismo en los planes del técnico vizcaíno y crecer de la mando de la entidad vasca mimetizado con su idiosincrasia de no negociar ningún esfuerzo para competir anualmente con los mejores.

En el tramo inicial del campeonato no le acompañará sobre el rectángulo de juego Cote, inmerso en el proceso de recuperación de una grave lesión de rodilla sufrida en el epílogo del último curso. El lateral zurdo, jugador de campo más utilizado por Mendilibar tras Orellana la pasada campaña, no podrá estar presente en la jornada inaugural del que será su décimo curso en la máxima categoría del fútbol español, en la que ya acumula 185 partidos. Un amplio bagaje que se reparte entre las camisetas del Sporting, la Real Sociedad, el Villarreal y el conjunto eibarrés, a los que se suman las experiencias en Italia y Portugal de la mano de la Roma y el Oporto, donde compartió vestuario con Adrián López.

El atacante tevergano, que contribuyó a la holgada permanencia de Osasuna, renovó el pasado mes de julio su vínculo con el club pamplonés para poner fin a seis veranos de mudanzas. En plena madurez futbolística, el escurridizo delantero cincelado entre el Covadonga y el Oviedo prolongará en El Sadar un laureado currículo en el que figuran las conquistas de una Liga Europa, una Copa del Rey, una entorchado liguero, una Supercopa de Europa y su homóloga lusa. Un palmarés aderezado con premios individuales como la Bota de Plata de un Mundial Sub 20 y el galardón de máximo artillero del Europeo Sub 21 en la edición en la que contribuyó con su puntería al tercer título en las vitrinas de la Selección Española.

El quinto entorchado lo conquistó el pasado año en Italia Dani Martín antes de enrolarse en las filas del Betis. En el curso de su bautismo en la máxima categoría, el joven cancerbero forjado en las canteras del Veriña y del Sporting se ganó la titularidad en el tramo final del último campeonato liguero, en el que defendió el marco verdiblanco en media docena de encuentros. La llegada a Heliópolis de Manuel Pellegrini y el fichaje de su compatriota Claudio Bravo dibujaban un nuevo panorama para el gijonés, que iba a salir cedido para acumular minutos en otro club, pero la lesión sufrida la pasada semana en el tobillo durante un entrenamiento con la Selección Española Sub 21 alteró los planes.

Su paso por el quirófano le impedirá estar en el amanecer de su segunda temporada en la máxima categoría del fútbol español, huérfana de la creatividad de Santi Cazorla tras la decisión del talentoso centrocampista de Lugo de Llanera de vivir el epílogo de su laureada carrera en Catar a las órdenes de su excompañero y amigo Xavi Hernández. El Principado tampoco contará con representantes en el banquillo después de que el efímero paso de Juan Ramón López Muñiz a los mandos del Alavés expirase con la finalización de su contrato. Sin estrategas de la región, los embajadores este curso han quedado reducidos a un portero, un defensor, un centrocampista y un delantero que tratarán de dejar su impronta.