El abogado de Jenni Hermoso: «No estamos ante un consentimiento, fue un sometimiento»

La defensa de Rubiales pide su absolución porque la pericial de la lectura de labios y un vídeo del vestuario demostrarían que la jugadora sí aprobó el beso

Jueves, 13 de febrero 2025, 10:54

La Audiencia Nacional ha celebrado este jueves la penúltima sesión del juicio contra Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), por el beso a la jugadora Jennifer Hermoso tras la final del Mundial femenino de 2023. Una conducta que derivó en las presiones posteriores para buscar el consentimiento de la jugadora. La Fiscalía expuso este miércoles sus conclusiones definitivas y mantuvo las peticiones de penas para los acusados, además de Rubiales (se enfrenta a dos años y medio de prisión), el exseleccionador Jorge Vilda, el ex director deportivo Albert Luque y el que fuera responsable de marketing Rubén Rivera. Para los tres reclama un año y medio de cárcel por un delito de coacciones. Y este jueves fue el turno de las conclusiones para el abogado de Hermoso, la acusación particular de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la defensa de Rubiales.

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El primero en intervenir fue el letrado de la denunciante. Aseguró que el beso «fue notorio» y que fueron «seis segundos que cambiaron la vida» de su cliente, que «no tuvo tiempo de reacción» y que «en ningún momento escuchó que podía darle un beso o un piquito», rebatiendo la tesis del informe pericial de lectura de los labios que presentó la defensa del principal acusado. «No hay ninguna prueba que demuestre que Jennifer dio su aprobación, No fue un consentimiento, si no un sometimiento», resumió.

El abogado de Hermoso recordó las testificales de las compañeras de la selección como carga probatoria. Unas personas a las que la víctima contó lo ocurrido en la entrega de medallas y su rechazo a la conducta "inadmisible" del entonces presidente de la FEF; o la testifical de su hermano Rafael Hermoso y la negativa frontal a grabar un vídeo con Rubiales para frenar la "bola mediática" del caso. También recalcó el letrado el trauma sufrido por Jennifer por un «beso robado, una conducta punible y penada por el Código Penal que la ha estigmatizado», recalcó.

"Las conclusiones son delirantes"

Sobre las presuntas coacciones, la acusación particular relató que «sus actos están orientados a condicionar la conducta de Hermoso entre los días 20 y 23 de agosto» de 2023. Así, recordó varios momentos en los que fue presionada «para enmascarar la realidad de lo ocurrido». Además, leyó el comunicado que hizo la federación para quitar hierro a la situación hablando de un beso «espontáneo». «La maquinaria se había puesto en marcha para salvar al presidente», resumió. Finalmente, el abogado puso en la picota el expediente interno abierto por la federación para respaldar a su entonces presidente. «Las conclusiones son delirantes. Un consentimiento que nunca existió para blanquear» a Rubiales, remachó.

Tras el abogado de la jugadora intervino la letrada de la AFE, acusación popular del proceso. «Rubiales usó todos los mecanismos al alcance de la federación para condicionar a la jugadora. Fue una ataque contra su libertad sexual», aseguró. "Ella sintió asco" por una situación no provocada, añadió, que se fue incrementando según pasaban las horas por las presiones sufridas por la jugadora.

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La abogada insistió en que "todas las presiones iban enfocadas a que Jennifer reconociera que el beso era consentido" ye incidió en las coacciones sobre la jugadora "y las trampas para encubrir el beso". Además, remarcó que hubo una "puesta en escena" de los acusados que siguió con un comunicado en el que se acusó a la jugadora de "mentir".

"No podemos confundir el pecado y el delito"

En el polo opuesto, la defensa de Rubiales mantuvo que el examen de la prueba ha acreditado que la futbolista dio su "consentimiento". Para ello, mencionó un vídeo en directo emitido desde el vestuario, en el que puede verse cómo a Hermoso con una expresión "de máxima alegría" y supuestamente viendo en el teléfono las imágenes del beso. "Alguien pregunta: '¿Quién te ha besado?'. Y ella contesta: '¡Eh! Pero no me ha gustado'", recordó la abogada, que señaló que, inmediatamente, la denunciante añadió: "Pues vale".

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La segunda prueba clave para pedir la absolución, según la defensa, es la pericial de lectura de los labios del expresidente en los instantes previos al beso. Según el perito que compareció en sede judicial, el que fuera máximo dirigente de la FEF preguntó a la jugadora: "¿Te puedo dar un besito?". La abogada sostuvo que estamos "ante una conducta inadecuada" pero no "delictiva", instando al juez a realizar una "labor pedagógica" que pasa por reconocer "que el juicio moral no siempre conlleva un equivalente" en el Código Penal. "No podemos confundir el pecado y el delito. Es decir, lo social y moralmente reprochable con lo penalmente condenable", argumentó.

En esta línea, rememoró que el propio Rubiales se disculpó en sede judicial por no comportarse como un presidente institucional y, en cuanto a las presuntas coacciones, afeó el hecho de que las acusaciones señalen a su cliente como una suerte de "jefe de la organización criminal". Lamentó también que la fiscal dijera la palabra "omertá", "en una clara referencia a prácticas mafiosas".

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Finalmente, entró de lleno en el debate sobre la tipología del delito y descartó que hubiera intimidación. "Es que coaccionar no es pedir, no es insistir, no es ser pesado", aseveró, antes de concluir que "este es el primer procedimiento penal en que la víctima de una agresión sexual no es visitada por el médico forense para evaluar daños psicológicos o secuelas. Entonces, ¿y dónde están los informes?", se preguntó.

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