Los jugadores rojiblancos fueron a aplaudir a sus aficionados, tristes tras una nueva derrota. ARNALDO GARCÍA

Un desplazamiento largo y sin premio

Rojiblancos. La afición del Sporting se dejó notar en el Carlos Tartiere, pero no tuvo consolación posible tras un nuevo derbi que cae del lado carbayón. Los jugadores agradecieron el ánimo de los suyos

JAVIER BARRIO

Domingo, 18 de diciembre 2022, 01:56

No dejaron a los suyos solos ni un instante. Fueron los primeros en entrar y los últimos en salir del Carlos Tartiere. No solo los que se ubicaron en la zona visitante se dejaron notar. En el resto de gradas del estadio azul se atisbaba ... alguna bufanda, alguna camiseta rojiblanca.

Publicidad

Los primeros en entrar fueron los denominados aficionados más radicales y después el resto de seguidores rojiblancos que acudieron en la comitiva oficial. Una vez dentro del estadio 'la mareona' comenzó a animar a los suyos. El campo estaba aún vacío de seguidores locales y, de vez e cuando, se dejaban ver dos, tres seguidores rojiblancos en el resto de gradas. Todos eran recibidos con un cántico al unísono del resto de desplazadas, '¡tu si que vales!'. Eran un oasis en las gradas vacías. Algunos llevaban la bufanda escondida y la sacaban al entrar por el vomitorio, otros llevaron su camiseta, sin problema alguno.

Cuando los rojiblancos saltaron a calentar los aficionados comenzaron a corear a los suyos. Zarfino se fue hacia ellos y levantando los brazos les devolvió los ánimos, lo que animó mucho más a las masas.

Desde Pola de Siero llegaron un grupo de unas ocho personas. La mitad de ellos del Oviedo, la otra mitad rojiblancos. Celso, alias 'Pixi' acudió como sportinguista, «del barrio de Ceares». «Somos del grupo de montaña 'La Recua' y unos somos azules y otros del Sporting y aquí estamos para animar, cada uno a los nuestros», dijo el aficionado. Con el se encontraba Luis Ángel García que siendo del mismo grupo espera estar en la vuelta en El Molinón.

Publicidad

Desde Gijón se desplazó Javi Rivas con un grupo de amigos que para evitar problemas guardaban en el bolso sus bufandas para que no se les identificara como sportinguistas, pero «por si hay que celebrar un gol».

Tras el descanso y cuando un jugador del Sporting salía a calentar, en la banda, a la derecha del banquillo rojiblanco, el ánimo de los aficionados se hacía palpable. En esas zonas bajas del campo estaban ubicados un buen puñado de rojiblancos. Además los jugadores sentían el ánimo de la zona donde se ubicaban la mayoría de sus seguidores, justo encima de la portería donde atacó el Sporting en la segunda mitad.

Publicidad

El gol de penalti de Borja Bastón enfrió a la grada rojiblanca. Intentaron entrar en calor con alguna escapada de Jordan Carrillo, pero quedaba poco tiempo y tampoco parecía haber nadie que los pudiera animar un poco más.

Mientras los jugadores del Oviedo animaban a que la grada, se viniera arriba, los aficionados rojiblancos se quedaron huérfanos de ánimo.

Al final y pese a las horas de viaje, al gasto en la entrada, en el desplazamiento y a la sensación de poder haberse ido con algo más la afición rojiblanca espero para aplaudir a los suyos pese al resultado.

Publicidad

Ahora llega la Copa y después de las fiestas volverá la Liga y cerca, en enero un partido en Santander para los que algunos ya están haciendo números.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad