Los lazos de la rivalidad

La primera edición se jugó en el antiguo Carlos Tartiere. La presentación se efectuó dos días antes, en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, en un acto en el que los presidentes Muñoz y Prieto acompañaron al consejero De la Cera. También estuvieron los gerentes de ambos clubes, José Manuel Fernández y Juan Mesa, más los jugadores oviedistas Viti y Juliá y el rojiblanco Cundi, así como Quini, entonces auxiliar en el cuerpo técnico de Aranguren.

Aquel mes de agosto tuvo abundante movimiento deportivo. Ángel María Villar salió elegido presidente de la Real Federación Española de Fútbol y Televisión Española anunciaba la retransmisión de tres partidos de fútbol, correspondientes a la inauguración del Nuevo Sardinero, con la presencia del Real Madrid, y los trofeos Gamper y Carranza.

El Sporting tenía a Miguel Montes por Argentina, pendiente de dos fichajes. Uno era el lateral Ferrer, que no llegó a debutar en partido oficial. El otro era el extremo Barberón, quien tuvo que volver desde Madrid a su país al detectarle una lesión de rodilla en el reconocimiento médico.

El Oviedo presentaba a Cristóbal, López López, al mexicano De la Torre y al portero vasco Echevarría, que sólo jugaría amistosos. No habían llegado el uruguayo Vargas y el defensa canario Javier Campos, quien sólo disputó un partido oficial.

En el Sporting se estrenaba el portugalujo Txutxi Aranguren, el centrocampista Torres y el delantero Narciso. Aún no estaba Kevin Moran.

El primer partido tuvo color rojiblanco. Juanma inauguró el marcador. Bango, entonces en el Oviedo, logró el empate. Al filo de la media hora volvió a marcar Juanma. En las postrimerías del partido, Joaquín Villa cerró el marcador con 1-3.

Fue un partido apasionado, con unos 13.000 espectadores. Los dos rivales volvían a enfrentarse once años después. La policía intervino con un grupo de aficionados rojiblancos, alguno de los cuales fue expulsado del campo. Un grupo de radicales locales se centraron en frases contra Gijón, Antonio Masip, entonces alcalde de Oviedo, y el árbitro. En el campo también hubo contundencia. El cántabro Díaz Agüero no supo llevar el partido. La primera edición del Trofeo Principado, de amistosa no tuvo mucho.

A la campaña siguiente se decidió que el trofeo se disputara a doble partido. Un año primero en Gijón y al siguiente, en Oviedo. Sin embargo, en 1996 se interrumpió. Los clubes convertidos en sociedades anónimas examinaban más los beneficios. El Trofeo Principado dejaba una partida aceptable de dinero, pero había un coste deportivo que era negativo para el perdedor y, además, en Oviedo se quería organizar un gran trofeo internacional. Llegó a hacerse en el Carlos Tartiere, sin la presencia del Sporting. La recaudación fue mínima. La rivalidad era más rentable.

Se reanudó en 2006 y 2007, a partido único. En Gijón ganó el Sporting, con la presentación de Barral como goleador. En el Carlos Tartiere ganó el Oviedo, en plenas fiestas de San Mateo. La derrota le ocasionó problemas a Preciado, por la imagen de su equipo. Entre los dirigentes había tensiones fuertes, que incluso se conservan con los grupos mexicanos.

Ahí se acabó el trofeo que los azules ganaron en seis ocasiones y los rojiblancos, en cinco. Los máximos goleadores son Bango y Carlos, del Oviedo, con cuatro, y Juanma, del Sporting, con tres. Un trofeo que es historia.