«Siempre he intentado jugar por la gente»

«La camiseta de la Selección española para mí siempre ha sido especial. Que me recuerden con ella es un honor y un orgullo», aseguró ayer David Villa tras descubrir la estatua en bronce que se colocaba en su honor en el centro de La Felguera. Un homenaje que le ofreció el Ayuntamiento langreano y en el que, junto a gran parte de la Corporación, acudieron representantes del Sporting como los exfutbolistas Joaquín Alonso, responsable de relaciones institucionales, o Mario Gutiérrez Cotelo, delegado del club rojiblanco.

Villa tiene claro que su estatua es fruto de ese cariño que le profesa la gente. «Cuando caminaba por esta calle nunca pensé que iba a tener una estatua mía. Yo siempre jugué por la gente, para que estuviese contenta, para los que aman al fútbol fuesen felices. Estos reconocimientos me hacen ver que todo mereció la pena, mis sacrificios y los de mi familia». «Que haya gente que esté contenta con lo que he hecho como futbolistas es un orgullo», apostilló.

Tuvo también palabra cariñosa para la Selección después del fracaso mundialista y el relevo en el banquillo. «Lo mejor que podemos hacer es apoyarlos a muerte, ganen o pierdan. Eso es lo que hago yo», subrayó el máximo artillero del equipo nacional y uno de los artífices de la única estrella que luce en la elastica de la Selección. «No es fácil ganar y todas las selecciones quieren hacerlo, pero no siempre se puede», advirtió.

Respecto a la estatua de bronce a tamaño real, obra del escultor langreano José Luis Iglesias Luelmo, el 'Guaje' reconocío que se veía reflejado en ella: «Se me parece, estoy algo más joven que ahora pero tiene hasta mi perillita, me gusta el resultado». Y quisó felicitar al escultor presente en el acto, que remarcó que «es una escultura 100% langreana, hecha aquí».

Tras descubrir la obra, la regidora langreana Carmen Arbesú apuntó que «no podemos recordar otro deportista local que haya alcanzado la proyección de David Villa». Agradeció al futbolista de Tuilla su «implicación» con su concejo a donde acude habitualmente ya que allí sigue residiendo su familia y la de su esposa. «Villa lleva siempre a Langreo por bandera, y sigue vinculado al municipio porque su familia vive aquí y él pasa largas temporadas. Un pueblo que no reconoce a los suyos no se merece nada». Ahora se espera que esta zona peatonal felguerina donde se instaló la estatua sea un lugar de visita para los fans de Villa y para los amantes del fútbol en general.

Ayer, David Villa ejerció como Rey Mago, regalando ilusión a muchos asturianos amantes del fútbol y en especial, admiradores de su trayectoria. La inauguración de ayer contó con la presencia de decenas de seguidores del exfutbolista del Sporting que, en varias ocasiones, volvió a escuchar los gritos de «Villa, Villa, Villa; Villa maravilla», que le sacaron una tímida sonrisa.

Durante más de una hora estuvo el 'Guaje' firmando todo tipo de recuerdos fotografías, camisetas de los diferentes clubs en los que jugó y haciéndose fotografías, muchas fotografías. Nadie se fue sin llevarse un recuerdo. Otro como el pequeño Diego Weible Suárez se llevó un cariñoso abrazo. Diego había llegado desde Pravia, sus padres Antonio y Cristina le hicieron madrugar para ir a ver luces de Navidad: «No le gustó mucho la idea y cuando llegamos a La Felguera dimos un paseo y al llegar junto a la estatua le pedimos esperar para ver qué era». Diego esperó varios minutos pacientemente y cuando llegó Villa su madre le sacó la camiseta del Barcelona con el nombre de Villa. Divisó a su ídolo se puso la camiseta y no pudo hablar más. Solo cuando el de Tuilla se acercó y le acarició la cabeza reaccionó y le abrazo con un cariño que Villa supo apreciar: «Muchas gracias por venir de tan lejos a conocerme, espero que sigas teniendo la ilusión de jugar, o seguir al fútbol».

Un cariño que también le profesa el blimeíno Gabriel Campal que en su casa atesora muchos recuerdos de Villa, entre ellos una camiseta que le regaló cuando ganó con el Barcelona la Supercopa de España de 2013. Juntos repasaron fotografías y recuerdos que conserva como oro en paño en un lugar preferente de su domicilio.

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