Diego Junquera, Eduardo Carbajal, Teodoro Minero, Rafael Menéndez y Aníbal Monteagudo

El corazón del Gijón Industrial

Fundado en 1969, el club fabril mantiene la vinculación con el barrio de La Calzada y está gestionado por una estructura presidida por Diego Junquera, encargado de tomar las decisiones. Diez personas están en el día a día de la entidad. Cuenta con un presupuesto de 244.00 euros al año.

Viernes, 17 de septiembre 2021, 19:49

Fundado el 10 de julio de 1969, después de la fusión de dos entidades rivales como eran El Club La Calzada y El Pelayo Club de Fútbol, el Gijón Industrial es uno de los clubes más singulares y con mayor tradición de Gijón. «Representamos ... a un barrio muy particular como es La Calzada y a la zona Oeste de la ciudad», explica el presidente Diego Junquera sobre las señas de identidad del Gijón Industrial. Cuenta el club gijonés con una muy importante masa social. Tiene 832 socios y es uno de los clubes más populares y seguidos de la región. Santa Cruz es además un estadio con mucho encanto y tiene un aroma especial.

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La gestión del club cuenta con una estructura consolidada y jerárquica. Todo está perfectamente organizado. La comunicación es constante. Las decisiones más relevantes las toma siempre Diego Junquera, de 34 años y que alcanzó la presidencia justo cuando había cumplido la treintena siendo uno de los gestores más jóvenes de todo el panorama futbolístico del Principado. Se trata, pues, de un club claramente presidencialista. Aunque Junquera suele asesorarse en sus personas de confianza, es el último en subir o bajar el pulgar antes de validar una decisión o apostar por una idea. Y también es la persona que se encarga de llevar las cuentas o representa a la entidad en los actos sociales que tiene el club en su agenda. «Las personas pasamos, pero al final lo realmente importante es el club», explica Junquera.

El patrimonio del Gijón Industrial es modesto y limitado, afectado también en el último año y medio por la pandemia. El presupuesto oscila sobre unos 244.000euros por temporada. Aunque el dinero destinado mensualmente para la plantilla y cuerpo técnico está sobre los 6.500 euros. «Ningún jugador o entrenador vive exclusivamente del Industrial», explica el presidente. Tampoco los miembros de la Junta Directiva. El propio Junquera trabaja en Arcelor. Solo hay dos empleados contratados a media jornada. El resto, según explican en club, trabajan de forma desinteresada para tratar de ayudar a que la entidad salga adelante. Eso, mantiene, les da también independencia a la hora de apostar por tomar una decisión. El Industrial, en cualquier caso, está en permanente estado de vigilancia y pendiente de cualquier asunto en el que estén implicados socios, padres o jugadores. «Tienes que estar alerta las 24 horas del día», explica Junquera.

En el día a día del club están diez personas: el propio presidente Diego Junquera, el tesorero Rafael Menéndez, el secretario y abogado Eduardo Carbajal, Teodoro Minero, encargado del mantenimiento, Aníbal Monteagudo como uno de los vocales, Pablo Acebal, coordinador de la cantera, Alejandro Arestín, que se encarga del correcto funcionamiento en las labores diarias, el coordinador Óscar Rancaño, José Ramón Balsa, encargado de la cantina y Francisco Rueda, vocal y también responsable de las taquillas en los días de partido en Santa Cruz. Además, Laura Macho y Onely Vega se encargan de las relaciones con los medios de comunicación y la prensa. La intención de la entidad es la de tener la máxima involucración posible con el barrio de La Calzada. Es su gran valor. De ahí es vecino el técnico, Miguel Martín. Y en la plantilla también hay un número importante, con ocho jugadores que han salido de La Calzada o son residentes en el mismo barrio. También es la cuna de muchos jóvenes talentos, alistados en las inferiores del club. fabril. Aunque las premisas siempre parten de la humildad y la involucración con sus históricos valores, comprometidos como están con el barrio, el Industrial mantiene una línea ascendente en las últimas campañas. Y las aspiraciones son ambiciosas. Porque el objetivo, a medio o largo plazo, pasa por dar ese salto definitivo para alcanzar la novedosa Segunda RFEF. «Tenemos que ser ambiciosos, pero el objetivo es ir paso a paso, poco a poco», confirman en el club.

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