El Rayo fulmina a un Lugones de primera

El partido no pudo empezar peor para el cuadro local, que estaba apoyado desde las gradas por muchos aficionados que llenaron para la ocasión Santa Bárbara. Deco comete una imprudencia y derriba de forma clara en una esquina del área a un rival. Falcao no falló y puso en ventaja a los visitantes. El colombiano, aunque esté mermado por sus problemas físicos, demostró que es un superclase. Pocos minutos después ganó un balón con un desmarque y dentro del área recortó a su par para poner el balón lejos del alcance de Rafa en el segundo palo. El Lugones no se arrugó y buscó las jugadas de estrategia para hacer daño al rival. Aunque no tuvo ocasiones claras sí hubo presencia en campo contrario para regocijo de la afición local. Camello marcaría el tercero tras aprovechar un balón filtrado de Andrei, que ya había tenido una ocasión antes. Con el 0-3 se llegó al descanso.

Tras la reanudación se acrecentó la diferencia brutal que existe entre ambos equipos. El Lugones fue terminando la pila y la superioridad física del Rayo quedó de relieve con una puesta en escena mucho más briosa, conducido por un Bebé que estaba en todas las jugadas. Rafa retrasó lo inevitable con grandes intervenciones. Primero a un remate de Falcao que sacó con una palomita y después en un mano a mano con el portugués. Sin embargo, a la hora de partido no pudo evitar el cuarto tras una falta ejecutada por Bebé que salva la barrera. Los cambios dieron un poco de aire al cuadro local que, pese a todo, encajó el quinto obra de Andrei, después de aprovechar un centro medido de Pozo al segundo palo. El propio Bebé completaría la cuenta con un disparo cruzado dentro del área después de una jugada de contragolpe que permitió al Rayo ir de un área a otra con apenas tres pases. En los instantes finales, Rafa fue el gran protagonista deteniendo un penalti a Nteka con una brutal estirada. El marcador no se movería hasta el final. Un 0-6 que, seguramente, no era el marcador soñado por el Lugones que se va de la Copa con la cabeza alta después de realizar un gran partido ante un equipo de Primera División.