Giuliano comanda una manita hacia semifinales como antesala del derbi

El Atlético se convirtió en el primer semifinalista de la Copa del Rey por méritos propios. Incontestable manita rojiblanca en un duelo en el que de salida no se ahorró un solo gramo de energía y aparcó la expectación del inmediato derbi liguero en el Santiago Bernabéu para dejar en el camino al habitualmente incómodo Getafe por la vía rápida y luego dosificar esfuerzos. Giuliano Simeone, el hombre que representa a la perfección ese espíritu del que hizo gala el equipo dirigido por su padre, comandó un triunfo encarrilado en apenas un cuarto de hora merced a su tempranero doblete y rubricado por los tantos de Lino, al filo del descanso, y de Correa y Sorloth, ya en el tramo final.

Mientras el Atlético, con hasta seis cambios respecto a la victoria liguera contra el Mallorca pero sin renunciar a la amenaza de Griezmann y Julián Álvarez, imprimió un ritmo trepidante al partido desde el primer minuto, el Getafe optó por un esperado planteamiento que minimizase al máximo los vaivenes del duelo. Con sus dos fichajes en el cierre del mercado invernal, Bernat y Terrats, en el once, apostó por resistir e ir jugando con los nervios de un adversario teóricamente superior. Esta propuesta azulona, habitualmente sólida, la echaron por tierra los problemas del conjunto de Bordalás en la salida de balón, que permitieron el centro de Javi Galán desde el costado izquierdo y un cómodo remate de cabeza del enrachado Giuliano Simeone, totalmente liberado tras un inoportuno resbalón del debutante Bernat.

El Atlético, henchido de confianza y con ganas de solventar por la vía rápida el compromiso copero previo al esperado derbi del sábado en el Bernabéu, exprimió su agresividad en la presión y el veneno que destila a la contra. Otro robo de balón lo amortizó Julián Álvarez, con una fantástica apertura a la banda derecha, desde donde De Paul habilitó a Giluliano, todo energía para rubricar un tempranero doblete y acercar el pase colchonero a semifinales apenas superado el primer cuarto de hora de partido.

La doble ventaja no redujo el loable ímpetu del Atlético, que siguió acumulando ocasiones en el intento de sentenciar cuanto antes la eliminatoria. A tenor de lo que ocurría sobre el césped, con Letacek sacando bajo palos un heterodoxo remate de Lino y Julián Álvarez desperdiciando un mano a mano ante el portero checo, parecía casi un milagro que el Getafe llegase al descanso sin mayor daño, algo que evitó al filo de la pausa la endiablada habilidad de Lino, cuyo recorte mandó al verde la oposición de Juan Iglesias antes de una inapelable definición.

No se puede negar a Bordalás su resistencia a aceptar el fatal destino del KO copero, ya que quemó sus naves tras el paso por vestuarios con los recursos de Mayoral y el recientemente fichado Juanmi, pero la respuesta atlética fue otro zarpazo de Giuliano, al que un fuera de juego previo de Galán separó del 'hat-trick'.

Ese primer arreón colchonero pudo cerrar definitivamente el duelo sin red, si es que no lo estaba ya, pero dio paso a una cierta relajación del Atlético, que Simeone trató de revertir con un triple cambio que varió el esquema con tres defensas y carrileros. El argentino también liberó de minutos a Julián Álvarez, Griezmann y De Paul, movimientos ya en clave de derbi.

Lo cierto es que inconscientemente, el Atlético se dosificó fruto de su cómoda ventaja, que no solo logró preservar sin mayores apuros, sino que incrementó hasta la manita ya en el tramo final merced a un remate de Correa y la contundencia a la contra de Sorloth. Así, como el buen estudiante que hace a tiempo los deberes, mató dos pájaros de un tiro, puesto que avistó las semifinales de la Copa del Rey y lo hizo sin gran desgaste.

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