CHISCO GARCÍA
OVIEDO.
Sábado, 7 de septiembre 2024, 02:00
Ser capitán de un equipo es mucho más que lucir un trozo de tela en el brazo. Portar el brazalete significa tener el respaldo y el reconocimiento de los compañeros y eso es motivo de satisfacción para los elegidos. El Oviedo tiene un líder muy claro desde el pasado verano. El aterrizaje de Santi Cazorla supuso un cambio de dimensión en la plantilla y el pasado 26 de julio fue nombrado capitán.
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Hay criterios que suelen marcar las designaciones. La veteranía suele ser un grado y los años de estancia en un vestuario marcan mucho. Lucas Ahijado aparecía como claro candidato, pero el canterano comunicó su decisión de renunciar antes de que arrancasen las elecciones y el siguiente por años en el equipo, Dani Calvo, cedió su puesto de privilegio a Cazorla, no parece sencillo disputarle el liderazgo a alguien como él en el Oviedo. El de Lugo de Llanera e la mejor representación que puede tener el equipo sobre el césped y más en una temporada en la que los capitanes son los encargados de hablar con el árbitro en nombre de todos sus compañeros. La trayectoria del ‘Mago’ seguro que le ayuda a ser mejor atendido por los colegiados.
Si falta Cazorla, Calvo es el siguiente portador del brazalete. El oscense encaja a la perfección en ese rol. Su sobriedad defensiva va de la mano de la personal y su carisma ha ido calando en el vestuario donde, tras el adiós de su íntimo Borja Bastón, ha ganado peso y respeto entre los compañeros.
Una línea muy similar es la seguida por David Costas. El gallego tiene un hueco preferente en el gusto del oviedismo. Sus buenas temporadas y sus calvarios de lesiones le han hecho endurecer mucho con respecto a aquel joven central que aterrizó en Oviedo en el invierno de la temporada 2016-17, con un entrenador que conocía el oficio de central como pocos en este país: Fernando Hierro, que le dio galones desde el primer instante y le ayudo a convertirse en lo que es hoy, cuando las lesiones le respetan, uno de los mejores centrales de la categoría.
Oier Luengo es el ejemplo vivo de que el trabajo en silencio da buenos resultados. Fichado en el verano de 2022, un mercado convulso por la venta del club, y procedente de un equipo que acababa de descender, su mejor aval ante el oviedismo era que llegaba del fútbol vasco y de allí llegaron futbolistas de alto rendimiento para la entidad azul. Una primera campaña con poco protagonismo dio paso a una segunda en la que se reveló como un central de alto nivel en Segunda División. Hubo incluso cánticos de sirena para reforzar al Athletic, pero al final ha cerrado un acuerdo de renovación para seguir tres temporadas más en el Carlos Tartiere. El vestuario le ha premiado con ese reconocimiento como capitán.
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No podía faltar una representación del Grupo Pachuca entre los llamados a portar el brazalete. Santiago Colombatto demostró desde el día de su legada una jerarquía futbolística innegable que le llevó a ser elegido como uno de los mejores centrocampistas de la categoría. Los mejores momentos del equipo coincidieron con su cénit futbolístico y el agotamiento con el que pareció llegar al final del curso le pasó factura a todo el equipo. Los compañeros también quisieron reconocerle su peso en la caseta situándolo entre los elegidos para llevar el brazalete. Los últimos días del mercado de fichajes pusieron en peligro su continuidad en Oviedo, pero al final todo se resolvió y Colombatto volverá a ser uno de los líderes que está buscando Javi Calleja para la sala de máquinas de su equipo.
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